Conferencia de la FAO para América LAtina y el Caribe
Los pueblos originarios de
América Latina y el Caribe sufren una mayor prevalencia de desnutrición y otros
problemas alimentarios que se diluye en las cifras del hambre y las políticas
nacionales
Un grupo
de niñas a la hora del almuerzo. ©FAO
Montego
Bay 7 MAR 2018 - 11:44 CET
En lo que
va de siglo, el hambre ha disminuido de forma importante en América Latina
(y el Caribe). Una serie de políticas nacionales —alimentación escolar,
protección contra la pobreza, mejoras en la producción agrícola...—llevaron,
por ejemplo, a los países de Sudamérica a reducir a la mitad el número de
personas que no comían lo suficienteentre 2000 y 2015. Cuando el año pasado la
tendencia cambió y el hambre volvió a crecer, las miradas se dirigieron a
lugares como Venezuela (donde aumentó un 46%) o a situaciones de
cuasiemergencia como Haití (uno de cada dos haitianos está subalimentado). Pero
la luz de alarma también enfocó, al menos de refilón, a aquellos lugares,
repartidos por todos los países, en los que los programas para asegurar que
todos coman no estaban funcionando: entre ellos, destacan los más
de 650 pueblos indígenas de la región.