Proyecto Yawa: Max
Hidalgo (26), Aracely Yarasca (23), Victoria Salcedo (26), César Pari (30) y
Felipe Arancel (32)
Proyecto Yawa
Aire transformado en
agua
Estos sanmarquinos han creado una
turbina eólica que convierte el viento en agua potable y son los semifinalistas
de un concurso internacional patrocinado por History Channel. Cerca de la
línea de meta buscan votos para ganar.
Juana
Gallegos
Domingo,
12 de Noviembre del 2017
Ahí donde hace diez
años hubo un restaurante estudiantil, hoy se levanta la Incubadora 1551, un pequeño fortín para la ciencia,
donde sanmarquinos
emprendedores procesan ideas innovadoras para cambiar el mundo y, de paso,
fundar sus propias empresas.
En poco menos de tres
años, aquí se han gestado startups o
emprendimientos de todo tipo que han ganado concursos nacionales: desde un sistema de información para medir el
impacto de los desastres naturales hasta un tomacorriente inteligente que
ahorra el consumo de energía.
Llevar en su nombre el
año de fundación de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos ha sido su cábala. Uno de sus proyectos
ha sido voceado entre los favoritos de un concurso internacional. Se trata del
Proyecto Yawa, una turbina eólica cuya función es convertir el viento en agua.
Así de simple y ambicioso. Esta idea figura entre los diez semifinalistas de la
cuarta edición de Una idea para cambiar la historia de la cadena
internacional History Channel.
Entre algunos de sus
competidores están un traductor de audio en lenguaje de señas, un proyecto de
viviendas modulares con materiales ecológicos, y un dispositivo económico para
descartar enfermedades de transmisión sexual. Todas son innovaciones de países
latinoamericanos cuyo propósito es solucionar un problema de la sociedad.
Yawa figura
en la categoría de proyectos basados en energía renovable, es decir, aprovecha
recursos naturales que no se agotan, en este caso el viento, y tiene cero
impacto medioambiental.
Yawa,
que es una fusión del quechua “yaku” y “wayra”, agua y viento, respectivamente,
quiere ser la solución para los más de cuatro millones de peruanos y los 21
millones de latinoamericanos que no cuentan con un sistema de agua potable.
Cambiar
la historia
Un físico, un
estudiante de economía, otra de ingeniería industrial, un biólogo y una
estudiante de esta especialidad son los cerebros detrás de Yawa, que tiene a su favor la diversidad del conocimiento.
Y es que, mientras
algunos jóvenes se juntan para destruir el mundo, ellos quieren solucionar sus
problemas.
Algunos se conocieron
en la Incubadora 1551 y se agruparon de forma espontánea en una red de
investigación estudiantil a la que bautizaron como Ciencia, innovación y solución (Cis).
Empezaron siendo cinco
los interesados en producir startups que pudiesen destacar en los concursos
nacionales. Hoy, suman 32, incluso hay estudiantes de otras universidades.
El bachiller en Ciencias Biológicas, Max Hidalgo, fue
el que gatilló la idea que se materializó en el Proyecto Yawa.
Fue durante una salida
de campo que encaró la realidad de los miles de limeños que no cuentan con agua
potable y que se abastecen de camiones cisterna: "Servicio por el que
pagan más y por el que, además, obtienen agua contaminada", dice Hidalgo.
Tras una serie de
ensayos y errores, hace cinco meses, la turbina eólica se hizo realidad.
El sistema es simple,
no necesita energía eléctrica,
la energía proviene del viento y el proceso que lo convierte en agua potable es
un fenómeno que ocurre en la naturaleza todo el tiempo y que los conocedores
llaman "proceso físico de condensación del agua por saturación del
aire".
El procedimiento se
describe en la infografía que acompaña esta nota. En términos generales, por un
principio de aerodinámica, cuando el viento choca con las paletas de la turbina
es retenido en el centro del soporte del sistema, donde es comprimido, enfriado
y condensado hasta el punto de rocío, que finalmente se desliza por unos
filtros que arrojan agua dulce a través de un pequeño caño.
Los creadores aseguran
que la turbina ya ha producido tres litros de agua en una hora y que es un
sistema sostenible en el tiempo.
"Las hélices de la
turbina –apunta Max– necesitan 250 revoluciones por minuto para generar agua,
pero funciona incluso con corrientes moderadas de viento".
Si ganan el concurso
de History, el equipo se
imagina llevando sus turbinas a las decenas de asentamientos humanos que
carecen de agua.
Ya que su estructura
está hecha con cilindros de polietileno, el costo sería razonable. Además, las
turbinas Yawa son
portátiles, se arman como un puzzle y podrían ser instaladas en los techos de
las casas.
Estos días, el equipo
promociona su invento en las redes sociales, buscan la mayor cantidad de votos.
Apóyalos. Ellos podrían cambiar la historia.
Apoya
este proyecto.
Para votar por el
Proyecto Yawa debes entrar
al site https://unaidea.tuhistory.com
Tras una serie de
ensayos y errores, hace cinco meses, la turbina eólica se hizo realidad. Yawa
es un proyecto ambicioso, quiere ser la solución para los más de 4 millones de
peruanos que no tienen agua potable.
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