domingo, 12 de noviembre de 2017

Proyecto Yawa: Aire transformado en agua



Proyecto Yawa: Max Hidalgo (26), Aracely Yarasca (23), Victoria Salcedo (26), César Pari (30) y Felipe Arancel (32)

Proyecto Yawa

Aire transformado en agua

Estos sanmarquinos han creado una turbina eólica que convierte el viento en agua potable y son los semifinalistas de un concurso internacional patrocinado por History Channel. Cerca de la línea de meta buscan votos para ganar.

Juana Gallegos
Domingo, 12 de Noviembre del 2017


Ahí donde hace diez años hubo un restaurante estudiantil, hoy se levanta la Incubadora 1551, un pequeño fortín para la ciencia, donde sanmarquinos emprendedores procesan ideas innovadoras para cambiar el mundo y, de paso, fundar sus propias empresas.

En poco menos de tres años, aquí se han gestado startups o emprendimientos de todo tipo que han ganado concursos nacionales: desde un sistema de información para medir el impacto de los desastres naturales hasta un tomacorriente inteligente que ahorra el consumo de energía.

Llevar en su nombre el año de fundación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ha sido su cábala. Uno de sus proyectos ha sido voceado entre los favoritos de un concurso internacional. Se trata del Proyecto Yawa, una turbina eólica cuya función es convertir el viento en agua. Así de simple y ambicioso. Esta idea figura entre los diez semifinalistas de la cuarta edición de Una idea para cambiar la historia de la cadena internacional History Channel.

Entre algunos de sus competidores están un traductor de audio en lenguaje de señas, un proyecto de viviendas modulares con materiales ecológicos, y un dispositivo económico para descartar enfermedades de transmisión sexual. Todas son innovaciones de países latinoamericanos cuyo propósito es solucionar un problema de la sociedad.

Yawa figura en la categoría de proyectos basados en energía renovable, es decir, aprovecha recursos naturales que no se agotan, en este caso el viento, y tiene cero impacto medioambiental.

Yawa, que es una fusión del quechua “yaku” y “wayra”, agua y viento, respectivamente, quiere ser la solución para los más de cuatro millones de peruanos y los 21 millones de latinoamericanos que no cuentan con un sistema de agua potable.

Cambiar la historia

Un físico, un estudiante de economía, otra de ingeniería industrial, un biólogo y una estudiante de esta especialidad son los cerebros detrás de Yawa, que tiene a su favor la diversidad del conocimiento.

Y es que, mientras algunos jóvenes se juntan para destruir el mundo, ellos quieren solucionar sus problemas.

Algunos se conocieron en la Incubadora 1551 y se agruparon de forma espontánea en una red de investigación estudiantil a la que bautizaron como Ciencia, innovación y solución (Cis).

Empezaron siendo cinco los interesados en producir startups que pudiesen destacar en los concursos nacionales. Hoy, suman 32, incluso hay estudiantes de otras universidades.

El bachiller en Ciencias Biológicas, Max Hidalgo, fue el que gatilló la idea que se materializó en el Proyecto Yawa.

Fue durante una salida de campo que encaró la realidad de los miles de limeños que no cuentan con agua potable y que se abastecen de camiones cisterna: "Servicio por el que pagan más y por el que, además, obtienen agua contaminada", dice Hidalgo.

Tras una serie de ensayos y errores, hace cinco meses, la turbina eólica se hizo realidad.

El sistema es simple, no necesita energía eléctrica, la energía proviene del viento y el proceso que lo convierte en agua potable es un fenómeno que ocurre en la naturaleza todo el tiempo y que los conocedores llaman "proceso físico de condensación del agua por saturación del aire".

El procedimiento se describe en la infografía que acompaña esta nota. En términos generales, por un principio de aerodinámica, cuando el viento choca con las paletas de la turbina es retenido en el centro del soporte del sistema, donde es comprimido, enfriado y condensado hasta el punto de rocío, que finalmente se desliza por unos filtros que arrojan agua dulce a través de un pequeño caño.

Los creadores aseguran que la turbina ya ha producido tres litros de agua en una hora y que es un sistema sostenible en el tiempo.

"Las hélices de la turbina –apunta Max– necesitan 250 revoluciones por minuto para generar agua, pero funciona incluso con corrientes moderadas de viento".

Si ganan el concurso de History, el equipo se imagina llevando sus turbinas a las decenas de asentamientos humanos que carecen de agua.

Ya que su estructura está hecha con cilindros de polietileno, el costo sería razonable. Además, las turbinas Yawa son portátiles, se arman como un puzzle y podrían ser instaladas en los techos de las casas.

Estos días, el equipo promociona su invento en las redes sociales, buscan la mayor cantidad de votos. Apóyalos. Ellos podrían cambiar la historia.

Apoya este proyecto.

Para votar por el Proyecto Yawa debes entrar al site https://unaidea.tuhistory.com


Tras una serie de ensayos y errores, hace cinco meses, la turbina eólica se hizo realidad. Yawa es un proyecto ambicioso, quiere ser la solución para los más de 4 millones de peruanos que no tienen agua potable.

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