Un tercio de la
población europea que vive en zonas urbanas tiene estudios superiores, 15
puntos más que en el campo. El coste de vida también es más elevado en los
grandes núcleos de población, con mayores sobrecostes en la vivienda
CTXT
Universidad
de la Sorbona, París, Francia.
PLINIO
6
DE NOVIEMBRE DE 2017
La despoblación,
un menor PIB per cápita, descensos en el dinamismo económico y empresarial… Los
problemas que afectan a las zonas rurales y los extrarradios de Europa respecto
de las ciudades llevan tiempo reproduciéndose en muchos de los países de la
región. Pese a las diferencias de origen, como las que existen entre los
Estados del norte y el sur, los
datos de Eurostat de 2016 sobre el nivel educativo de la Unión –uno de
los ratios para medir el desarrollo social– muestran que la inequidad formativa
entre los diferentes núcleos poblacionales está generalizada, con una brecha
que se ha ensanchado en la última década.
Según los datos
de este servicio estadístico, durante el año pasado más de un tercio de la
población europea que vive en ciudades (35%) tenía estudios superiores. En los
suburbios y extrarradios, el porcentaje con este tipo de formación baja a una
de cada cuatro personas (24%), mientras que en las zonas rurales solo alcanza a
una quinta parte de la población (20%).
Esta inequidad
formativa ha ido creciendo durante los años: Entre 2007 y 2016 el porcentaje de
población con estudios superiores aumentó en las ciudades de la UE casi nueve
puntos, pasando del 25,6% al 34,7%. En las zonas rurales, por su parte, el
crecimiento fue solo de algo más de la mitad: del 15,1% al 19,5% en el mismo
periodo.
Si se analizan
los datos desagregados por países, solo Malta tiene una menor proporción de
población con estudios superiores en sus ciudades. El país, una isla urbanizada
casi en su totalidad, no es la mejor referencia para evaluar las diferencias
entre las zonas rurales y las urbanas del continente. Entre los países de
extensión media o grande, únicamente Reino Unido arroja datos similares de
educación superior entre los distintos núcleos poblacionales.
En el resto de
estados, las diferencias entre las zonas rurales y las ciudades son amplias,
mientras que los suburbios y extrarradios proyectan situaciones dispares: en
países como Irlanda, España o Polonia la proporción de población con estudios
superiores está a medio camino entre el campo y la ciudad; En Francia e Italia
el porcentaje del extrarradio es más cercano al de las zonas rurales, mientras
que en Grecia se encuentra más cercano al de las ciudades.
Esta situación
educativa no ha evitado que las zonas urbanas afronten sus propios problemas
con el bienestar de la población. Pese a la
fuerte relación entre el nivel de estudios y las tasas de empleo y los ingresos,
el coste de vida, medido en términos de esfuerzo a la hora de acceder a la
vivienda, también es un factor determinante generalizado y es bastante más alto
en las ciudades que en el resto de núcleos de población: en 2016, el 13% de la
población de las ciudades europeas invertía más del 40% de sus ingresos en
gastos relacionados con el hogar. En el caso de los suburbios y zonas de
extrarradio, este porcentaje baja hasta el 11%. En las zonas rurales la
diferencia es de 4 puntos menos, con un 9% de la población que debe afrontar
sobrecostes en vivienda.
En este caso,
existen más diferencias entre los estados del continente, aunque la tendencia
también está bastante generalizada: solo 4 países asumen mayores sobrecostes
fuera de las ciudades –Bulgaria, Croacia y Rumanía en el campo y Lituania en
sus extrarradios–.
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Espacio de
información realizado con la colaboración del Observatorio
Social de “la Caixa”.
AUTOR
ctxt
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