No hay restos genéticos
del contacto entre los antiguos habitantes de la Isla de Pascua y nativos
americanos antes de la llegada de los europeos
Aún
quedan misterios por desvelar de los constructores de los moais de la Isla de
Pascua. TERRY HUNT
Los rapanuis, los
pobladores de la Isla
de Pascua, no tuvieron ningún contacto con los nativos americanos hasta la
llegada de los europeos. O, si lo hubo, no dejó rastro en sus genes. Eso es lo
que sostiene un estudio que ha analizado ADN antiguo de los pascuenses. Estos
resultados cuestionan investigaciones previas que defienden que sí hubo
contacto y que pudo producirse varios siglos antes.
La historia como pueblo
de los rapanui estaba llena de misterios que la ciencia ha ido desvelando en
las últimas décadas. La arqueología estimó que llegaron a la Isla de Pascua en
torno a 1200 de esta era. La genética demostró después que la teoría sobre su
origen polinésico era la acertada. Pero, ¿estos navegantes que venían del oeste
se aventuran aún más allá hasta América? ¿Los amerindios arribaron a las costas
de la isla? ¿O nunca hubo un contacto entre rapanuis y nativos americanos antes
de que los europeos empezaran a visitar la isla a partir de 1722? Y si nunca lo
hubo, ¿cómo entre el 6% y el 8% de sus genes son de origen americano?
Por primera vez, un
grupo de investigadores ha podido estudiar ADN antiguo de cinco rapanuis
encontrados en el yacimiento de Anakena, en el norte de la isla. Los
científicos pudieron aislar el material genético de pequeñas muescas de
apenas 200 miligramos obtenidas de las costillas de los restos. Tres de ellos
los dataron como muy anteriores al año 1722, de en torno al siglo XIV-XV y los
otros dos pertenecerían a dos individuos nacidos en el siglo XIX o principios
del XX. Es decir, tenían datos genéticos anteriores y posteriores a la llegada
de los occidentales.
Los rapanuis
actuales tiene en torno a un 8% del genoma originario de los nativos
americanos
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"No
encontramos pruebas de un flujo de genes entre los habitantes de la Isla de
Pascua y los América del Sur", dice en una nota el antropólogo de la Universidad de California
en Santa Clara y principal autor del estudio, Lars Fehren-Schmitz.
"Estamos realmente sorprendidos de que no hayamos encontrado nada. Hay
muchas pistas que señalan esa posibilidad, tantas que estábamos convencidos de
encontrar una evidencia del contacto previo a los europeos con Sudamérica, pero
no había nada", añade.
Entre esas pistas que
sugerían el contacto están los estudios náuticos sobre la viabilidad de navegar
hasta la isla desde la costa americana con la tecnología del pasado, a más de
3.500 kilómetros. También el ingente trabajo del antropólogo noruego Thor
Heyerdahl que, empeñado en demostrar que los polinesios procedían en realidad
de América, realizó la
mítica travesía de la Kon-Tiki a mediados del siglo pasado. Algunos
antropólogos mantiene que la cultura rapanui, la creadora de los majestuosos
moais, tiene más que ver con los pueblos precolombinos que con los de las otras
islas polinésicas. La prueba arqueológica más contundente es la
presencia de boniatos o camotes en varias islas polinésicas desde hace
casi 1.000 años. Pero la pista mas concluyente es que varias investigaciones
recientes han desvelado la presencia de genes ancestrales americanos en los
rapanuis actuales.
Sin embargo este nuevo
estudio, publicado en Current Biology, no encuentra rastro (un porcentaje
inferior al 1%) de genes amerindios en los tres rapanuis de antes de que
llegaran los europeos. Sin embargo, sí lo han encontrado en los dos posteriores
y en porcentajes en torno al 6%, en concordancia con anteriores trabajos.
Aunque no se puede descartar la posibilidad de que hubiera algún contacto
cultural, "no dejó rastro genético", comenta Fehren-Schmitz.
La principal
prueba arqueológica del contacto es la presencia de boniatos o camotes
americanos en la polinesia desde hace 1.000 años
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El
mexicano José Víctor Moreno Mayar es uno de los que defiende que sí hubo
contacto y mezcla entre ambos pueblos antes de que llegaran los europeos.
Investigador en paleogenómica del Museo de Historia Natural de Dinamarca, Moreno realizó hace
tres años un estudio cuyos resultados cuestiona ahora el trabajo de
Fehren-Schmitz. La investigación de Moreno, publicada en la misma revista, analizó el genoma de 27
rapanuis actuales, encontrando un 8% de genes americanos. Aplicando un modelo
estadístico concluyeron que esos genes no entraron en el pueblo rapanui con los
europeos, sino mucho antes: entre 1280 y 1495. La fecha inferior es solo unas
décadas posterior a la llegada de los polinesios a la isla.
"El trabajo de
Fehren-Schmitz es una investigación de gran valor, son los primeros datos de
ADN antiguo de los rapanui que se obtienen", reconoce Moreno. Sin embargo,
cuestiona la principal conclusión del trabajo por "exagerada y
precipitada".
La debilidad reside, según el experto mexicano, en la
cercanía temporal entre la fecha del posible contacto y la datación de los
restos analizados. "Si tienes un contacto entre dos poblaciones hoy y
muestreas individuos de esa población mezclada, tendrás algunos individuos con
la mezcla genética y otros que no, ya que el mestizaje no es inmediato. Con
tres muestras, resulta apresurado descartar que hubo un contacto precolombino
entre nativos americanos y polinésicos. La controversia se resolverá cuando
encontremos más ADN antiguo de los rapanuis", concluye el investigador
mexicano.
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