Arturo Wallace
(@bbc_wallace)
BBC Mundo
27 octubre 2017
En América
Latina, Teach for All tiene presencia en México, Panamá, Colombia, Ecuador,
Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y Haití. Foto: Noah Sheldon.
¿Qué
pasa cuando algunos de los jóvenes más prometedores de América Latina aceptan
el reto de dar clase en algunos de los colegios más necesitados de la región?
Esa es la pregunta a la
que desde hace varios años están respondiendo organizaciones como Enseña Chile,
Enseña por México, Enseñá por Argentina y los otros siete miembros
latinoamericanos de la red Teach for All.
La red, que esta semana
celebra su 10 aniversario, actualmente tiene presencia en 46 países de todo el mundo, incluyendo Panamá,
Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Brasil y Haití.
Con ligeras
variaciones, todos sus miembros trabajan para tratar de convencer a los jóvenes
más talentosos de sus respectivos países que dediquen al menos un par de años a
la enseñanza al salir de la universidad.
Y para ello, además de
capacitación y un seguimiento permanente, estas iniciativas les garantizan a
estos profesores "inesperados"
-por lo general destinados a escuelas en las zonas menos privilegiadas- un
estipendio mensual.
AFP La iniciativa logra que
muchos destacados jóvenes profesionales desarrollen un vínculo de por vida con
el sector educación.
El resultado es que
muchos jóvenes que originalmente planeaban trabajar como banqueros, ingenieros,
doctores o abogados terminan
"enganchados" al mundo de la educación.
"El 97% de los
jóvenes que han pasado por Enseña Chile siguen ligados al tema de una forma u
otra y el 80% sigue en educación a tiempo completo", le dice a BBC Mundo
su director ejecutivo, Tomás Recart. Y algo muy similar ocurre en otros países.
Pero, ¿qué pueden aprender los sistemas educativos de
la experiencia de estos jóvenes?
¿Puede este tipo de
iniciativas tener un impacto que trascienda la anécdota o el aula de clases a
la que llegan a dar?
La red celebró su 10 aniversario
con una conferencia global sobre educación en Colombia. Foto: Noah Sheldon.
Para averiguarlo BBC
Mundo conversó con varias personas ligadas a estos programas en tres países
diferentes de América Latina: México, Chile y Perú.
Con sus contribuciones,
identificamos estas cuatro claves para
mejorar la educación en la región, según los profesores "inesperados"
de Enseña.
1.
"El problema no es el qué, sino quién"
El chileno Tomás Recart
es un buen ejemplo de lo difícil que es sacarse de encima el "virus" de la educación una
vez que uno ha sido inoculado con el mismo.
Este hijo de banquero,
que se formó como ingeniero industrial con mención en transporte, no parecía
destinado a una carrera en el sector. Y él mismo admite que terminó vinculado
al mundo educativo un poco por accidente.
AFP Casi todo el mundo coincide
en que la educación es clave para el desarrollo de un país, pero ¿cuántos hacen
algo al respecto?
Al terminar la
universidad su prioridad era hacerse con un buen mentor y eso lo llevó a
trabajar con Andrés Iacobelli, quien acabada de regresar de la universidad de
Harvard a fundar el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de
Chile.
"Me tocó servir de
puente entre la universidad y comunas de mucha pobreza para tratar de ayudarles
a resolver sus principales problemas. Y fueron los propios alcaldes los que me
dijeron que el principal problema
era la educación", recuerda.
Así empezó un camino
que encontró su rumbo definitivo varios años más tarde, cuando en el marco de
sus estudios de posgrado en Harvard asistió a una conferencia de Wendy Kopp, la
fundadora de Teach for All.
"Su mensaje era:
cuando tienes un sistema con muchos problemas que hay que resolver al mismo
tiempo, no trates de resolverlos todos por tu cuenta", recuerda Recart.
"En lugar de
eso ocúpate de construir puentes para
que otra gente talentosa también se familiarice y se comprometa con esos
problemas y se sume a los esfuerzos por darles solución", es su resumen de
los planteamientos de Koch.
AFP En Chile, el debate sobre la
educación ha llegado a las calles.
Según el chileno, eso
le hizo comprender que el problema de muchos de los que estaban tratando de
mejorar la calidad de la educación "era que estábamos tratando de responder la pregunta equivocada".
"Nos estábamos
preguntarnos 'qué' debemos hacer, en lugar de preguntarnos 'quién' es el que
tiene que hacerlo", le dice a BBC Mundo.
Y en su caso particular
su respuesta fue fundar junto a cinco amigos Enseña Chile -la primera miembro
de la familia en América Latina- con la idea de atraer y formar al mejor talento disponible para
enviarlo a las escuelas de los lugares con más carencias del país.
Como destaca Recart, el
objetivo fundamental de la iniciativa no es necesariamente que estos jóvenes se
queden en las aulas de clase, sino que salgan de la experiencia convencidos de
que el problema de la educación no sólo es urgente, sino también solucionable
y, sobre todo, también un problema suyo.
"El problema no
son los profesores, sino un sistema que requiere de muchas manos diferentes en
muchos lugares diferentes de la sociedad", le explica a BBC
Mundo.
Recart también tiene
claro que Enseña Chile no posee la solución a todos los problemas. Pero desde
2009 la organización ha contribuido a la formación tanto de profesores como de
tomadores de decisiones y emprendedores sociales que, desde sus trincheras,
siguen peleando la batalla por
una mejor educación.
2.
"Para mejorar no basta con inyectar dinero"
El caso de Marcia Rivas
ilustra perfectamente el efecto multiplicador de la red Enseña, pues sus dos
años de experiencia en las aulas de clase informaron buena parte de su trabajo
en el Ministerio de Educación de
Perú.
Abogada de formación,
Rivas inició el programa de Enseña Perú en 2011 y tres años después ingresó al
ministerio, ocupando el cargo de directora de educación básica especial hasta
el pasado 3 de octubre.
Gracias a Enseña Perú, Marcia
pisó las aulas de clase como profesora por primera vez. Foto: Marcia Rivas.
"Yo sabía que
tenía que hacer algo social, pero no sabía que iba a ser en educación",
dice de un trayecto que, por lo que cuenta, también le ayudó a familiarizarse
con realidades muy distintas a las de la conservadora provincia de la que es
originaria.
"Pero después de
ver lo que se podía lograr poniendo a
la gente correcta en los lugares correctos me dije: esto es lo mío, me
quedo en el sector público", le dice a BBC Mundo.
La peruana de 29 años
no tiene ninguna duda de que el gran desafío de la educación en su país,
América Latina "y yo creo que en el mundo" es la inequidad.
"Hay grandes
disparidades determinadas por donde nació cada persona. Y eso no nos lo podemos
permitir" explica.
Pero también insiste en
que el problema no se soluciona únicamente inyectando recursos, pues la inequidad tiene numerosas expresiones,
como por ejemplo un niño en Puno que recibe clases en un idioma que no
entiende.
Su experiencia en las aulas fue
clave para su trabajo posterior en el ministerio de Educación. Foto: Marcia
Rivas.
Según Rivas, después de
años preocupados por el tema de acceso, es sólo muy recientemente que América
Latina ha empezado a asumir que no
basta con tener escuelas, sino que estas tienen que ser buenas.
En su opinión, eso pasa
por poner el énfasis en la capacitación de los docentes, pero también en la
creación de condiciones para que puedan ejercer mejor su labor.
Y también por "pensar
fuera de la caja", entre otras cosas abriendo más la escuela a la
comunidad.
"Si tengo que
capacitar al docente, ¿por qué no permitirle tener experiencias con otros
profesionales, biólogos, ingenieros, etc.?", se pregunta Rivas.
Y es que según ella,
esto permitiría que la educación sea permeada por otras visiones, pero también
ayudaría a que más actores se sumen
al esfuerzo por mejorar su calidad, como busca la filosofía de Teach
for All.
3.
"Antes de hacer hay que conocer"
Hace poco más de dos
años Jujy Navarro estaba dedicada a un trabajo que no le gustaba cuando fue
interpelada por la pregunta: ¿quieres
cambiar tu país?
La pregunta articulaba
la tercera convocatoria de Enseña por México y esta nativa de Guadalajara que
ahora tiene 26 años no dudó en dejar su trabajo en una oficina de recursos
humanos para postular al programa, que acaba de completar.
Yujy Navarro con sus alunos de segundo grado el
último día de clases. Foto: Yujy Navarro.
"Yo siempre he
estado convencida de que la educación es lo mejor para cambiar al país, porque
lo hizo conmigo", dice Navarro, recordando los problemas que tuvo que enfrentar
junto a sus cuatro hermanos por causa del abandono de uno de sus padres.
Ahora está poniendo en
práctica todo lo aprendido como parte de su experiencia como maestra en una comunidad rural de Jalisco en
su nuevo trabajo: un proyecto educativo de la ONG internacional TECHO en el
Estado de México.
"Es lindo poder
aplicar todo lo que aprendí. Y la verdad es que todas las herramientas
(adquiridas durante su paso por Enseña por México) son aplicables en cualquier
trabajo", asegura.
Y lo mismo se puede decir
de los principales aprendizajes de su experiencia tratando de dejar su huella
en la pequeña escuelita de La Manzanilla de la Paz en la que le tocó trabajar.
La red celebró su 10
aniversario con una conferencia global sobre educación en Colombia. Foto: Noah
Sheldon.
"Lo peor que se puede hacer es no
contextualizar, no conocer el lugar donde uno tiene que implementar
sus políticas, sus ideas", le dice a BBC Mundo.
"Muchos ven ideas
de otros lugares y las quieren implementar sin pensar en las realidades de la
gente. Hay gente con muy buena intención, pero hay que conocer y saber antes de
hacer", sostiene.
En su caso, esa
recomendación tuvo importantes implicaciones para la sostenibilidad de sus
esfuerzos para reducir la deserción escolar, pues basó los mismos en un mejor
aprovechamiento de los programas de gobierno existentes, así como en el apoyo directo de una parte importante de
la comunidad.
"Una buena parte
de los habitantes de La Manzanilla de La Paz es gente mayor que viaja a EE.UU.,
así que busqué que ellos ayudaran con becas" cuenta con orgullo Martínez,
quien también trabajó de cerca con el presidente de la comunidad.
"Uno tiene que
preguntarse qué va a pasar cuando me vaya", explica, y luego insiste:
"La clave es vincular a todos los agentes, creo que esa es la forma de
cambiar".
4.
"Los estudiantes son valiosos agentes del cambio"
Tomás Despouy también
renunció a su trabajo para responder a la convocatoria de Enseña Chile en 2009,
en un momento en que toda la sociedad chilena era interpelada por el debate
nacional sobre el futuro de la educación.
Pasó así de Microsoft
Chile a dar clases de matemáticas a estudiantes de los 13 a los 17 años en una
escuela ubicada en una localidad más o menos céntrica de Santiago donde
abundaban los jóvenes en situación
de riesgo.
Panal trata de ayudar a que los estudiantes se
conviertan en participes de los cambios en el sistema educativo. Foto: Cortesía
Panal.
La experiencia fue
transformadora y los beneficios de la atención que los jóvenes de Enseña
empezaron a dedicarle a sus alumnos rápidamente se hizo evidente. "Pero no
nos daba el tiempo ni la energía para acompañar a todos nuestros
estudiantes", recuerda Despouy.
"Necesitábamos más
manos. Así que nos pusimos a pensar cómo
vincular a los otros estudiantes", le cuenta a BBC Mundo.
De esa idea en 2014
nació Panal, una organización que ahora también tiene gemelas en México,
Colombia, Perú y Ecuador.
"Nuestro objetivo
es ayudar a conformar comunidades
de estudiantes que en vez de tener una actitud pasiva se hacen cargo
de sus problemas", explica Despouy, actualmente director ejecutivo de
Panal en Chile.
La organización, nacida en Chile, ahora tiene
gemelas en México, Colombia, Perú y Ecuador. Foto: Panal.
"Mucho se hace de
arriba hacia abajo y no se están generando los espacios participativos, cuando
la participación de los estudiantes puede acelerar los cambios", lamenta
el chileno.
"Así que
trabajamos para ayudar a que sean más partícipes de su proyecto educativo y a
que no estén a la espera de soluciones", le dice a BBC Mundo.
El modelo de Panal es
organizar sesiones sabatinas con
los estudiantes interesados para ayudarles a desarrollar habilidades e
identificar y trabajar sobre sus problemáticas de la mano de universitarios y
profesionales que trabajan como voluntarios.
"Los estudiantes
pueden ser valiosos agentes de cambio", resume Despouy.
Una visión que también
encierra otra posible clave para mejorar la calidad de la educación en América
Latina.
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