Bryan Lufkin
BBC Future
22 julio 2017
GETTY IMAGES Hay muchos tipos de
desigualdad. ¿Cuál debemos atacar para lograr un cambio?
Los
que tienen y los que no. El 99%. La brecha de ingresos. El abismo entre ricos y
pobres nunca ha importado tanto. Se estima que el 1% de los más ricos del mundo
poseen el 50% de la riqueza del planeta.
Resolver este nivel de
desigualdad es a menudo considerado como un gran desafío para el mundo. Pero,
¿es esta la forma correcta de verlo?
Algunos investigadores sostienen
que la disparidad de ingresos en sí puede no ser el principal problema.
La cuestión, dicen, no es la brecha entre ricos y pobres, sino
la existencia de injusticia.
Algunas personas son tratadas
preferentemente y otras injustamente, y el reconocimiento de que tanto la
pobreza como la injusticia están relacionadas puede ser el desafío más
relevante en el siglo XXI.
Si bien muchas personas ya ven la
desigualdad como algo injusto, hacer
la distinción mucho más clara es importante: para mejorar la sociedad en
que vivimos, algunos investigadores están argumentando que tenemos que estar
todos de acuerdo en lo que realmente es la desigualdad.
Sólo entonces podemos dirigir los
recursos a donde importan.
“El reconocimiento de que tanto la pobreza
como la injusticia están relacionadas puede ser el desafío más relevante en el
siglo XXI"
¿Qué es lo que nos preocupa de la
desigualdad?: ¿el hecho de que algunas personas son ricas y otras pobres?
¿Que no todo el mundo tiene
iguales oportunidades o algo más?
Diferencia desde pequeños
Un equipo de investigadores de la
Universidad de Yale (EE.UU.) sostiene que los seres humanos -incluso los niños
pequeños y bebés- prefieren vivir
en un mundo en el que existe la desigualdad, según un artículo publicado en
abril en la revista Nature Human Behavior.
¿Por qué? Porque en una situación
donde todos son iguales, los estudios sugieren que muchos se enojan o
amargan si las personas que trabajan duro no son recompensadas, o si los vagos
son excesivamente recompensados.
Por ejemplo, en un estudio, un
grupo de niños de seis a ocho años tenía la tarea de repartir gomas de borrar
como recompensa para dos que limpiaban una habitación.
Los investigadores encontraron
que si le decían al grupo de niños que los dos hicieron un buen trabajo, y
después repartía al grupo un número impar de gomas de borrar, los niños tomaron
la decisión unánime de deshechar la goma adicional en vez de dársela a uno de
los dos como premio adicional.
La investigación demuestra que los seres
humanos prefieren vivir en un mundo desigual, pero justo.
Cuando los investigadores les
dijeron a los niños que uno de los pequeños trabajó más duro que el otro, el
grupo concedió el premio adicional a este.
"Argumentamos que es
incorrecta la percepción pública de que la mayoría está en contra de la
desigualdad en la riqueza, y que en cambio, lo que realmente preocupa es la injusticia", dice Christina
Starmans, psicóloga de Yale, que trabajó en la investigación.
"En los Estados Unidos de
hoy, y en gran parte del mundo, estos dos temas están confundidos, porque hay
tanta desigualdad que se asume que debe ser injusto. Pero esto ha llevado a un
enfoque incorrecto de que la propia desigualdad en la riqueza es el problema
que necesita abordarse, más que el tema más central de la justicia".
Igualdad + injusticia = riesgo de
colapso
Mark Sheskin, coautor con Starman
de la investigación lo resume así: "La gente prefiere una desigualdad
justa a una igualdad injusta".
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El motivo es que tratar de crear
un mundo sin disparidad de riqueza está en desacuerdo con la percepción de la
gente de la justicia y eso podría conducir a la inestabilidad.
Una sociedad donde no exista
pobreza parece algo utópica, pero si
esa sociedad es igualitaria pero injusta, entonces corre el riesgo de colapsar,
argumenta Nicholas Bloom, profesor de economía de la Universidad de Stanford
(EE.UU.).
"La gente no suele trabajar,
crear o esforzarse sin motivación para hacerlo", dice Bloom.
"Si soy pintor, dentista o
constructor, ¿por qué trabajaría 50 horas a la semana si todo lo que me dan es
gratis? De mi propia experiencia manejando a la gente, creo los humanos
realmente piensan que es irrazonable que la gente que remolonea sea recompensada".
"Cuando se manejan grandes
equipos de personas, no hay nada que enfurezca más a la gente que los
individuos perezosos que obtienen las mismas recompensas y promociones que
quienes trabajan más duro".
La definición
"correcta"
Pero ¿cómo podemos ponernos de
acuerdo sobre una definición de desigualdad?
Es importante recordar que, al
descubrir formas de combatir la desigualdad, hay tres ideas separadas (pero relacionadas).
En primer lugar, la idea de que
las personas deben tener igualdad
de oportunidades en la sociedad, independientemente de su raza,
sexualidad, género y así sucesivamente.
GETTY IMAGES ¿Igualdad de
oportunidades, distribución justa o igualdad de resultados?
La segunda idea es la distribución justa, que dice que los
beneficios o recompensas deben distribuirse de manera justa en función del
mérito.
La idea final es la noción de la igualdad de resultados o que las
personas tengan resultados iguales sin importar las circunstancias.
Cada una de estas ideas
representa un tipo diferente de desigualdad que se manifiesta en la vida
cotidiana y que contribuye a la tendencia global de lo que muchas personas
consideran como "desigualdad económica".
Entonces, ¿cuál de estos tipos de desigualdad debe
ser abordado? ¿Qué conduce a una sociedad potencialmente mejor?
Luchando contra el verdadero
problema
Muchos de los investigadores y
economistas que entrevistamos están de acuerdo: se presta demasiada atención al
hecho de que el 1% y los superricos existen.
En cambio, argumentan que necesitamos concentrarnos más en ayudar a
los menos afortunados, quienes por falta de equidad son incapaces de
mejorar su situación.
GETTY IMAGES La obligación moral
debe estar en la eliminación de la pobreza, dice Harry G. Frankfurt.
En su libro "Sobre la
desigualdad", Harry G. Frankfurt, profesor emérito de filosofía en la
Universidad de Princeton 8EE.UU.), argumenta que la obligación moral debe estar en la eliminación de la pobreza, no
en lograr la igualdad, y tratar de asegurarse de que todos tienen los medios
para llevar una buena vida.
"Creo que es probable que la
gente responda con mayor simpatía al sufrimiento provocado por la pobreza que a
los daños necesariamente impuestos a aquellos que son menos ricos que
otros", dice Frankfurt.
"Esto podría apoyar una
legislación apropiada para aliviar las desventajas de la pobreza".
Sin embargo, al comprender las
diferentes definiciones de desigualdad, como la desigualdad de oportunidades,
se pone de relieve más claramente que no
todas las personas tienen las mismas oportunidades de éxito, incluso si
realizan un arduo trabajo.
Dependiendo de tu punto de vista
político, la manera de abordar la desigualdad podría ser diferente: tal vez la
izquierda podría favorecer un sistema de salud para todos, mientras que la
derecha podría respaldar la creación de empleos para trabajadores de bajo nivel
salarial.
Cualquiera que sea el plan de
acción político, sin embargo, los expertos dicen que la solución está en afrontar el hecho de que la pobreza y la injusticia
existen.
Porque esa debería ser la
verdadera obligación moral, dicen estos investigadores: sentir empatía hacia
nuestros semejantes.
"Será beneficioso modificar
el debate y la investigación, alejarla de la desigualdad misma", dice
Starmans.
"Y enfocarla en temas como
la injusticia y la pobreza, que son el núcleo de lo que nos preocupa".
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