Por Edgardo Ayala
Alumnas
del Centro Escolar Cantón Pepenance, en el municipio de Atiquizaya, en el
occidente de El Salvador, mientras preparan un refrigerio para todos los
escolares con recetas locales y productos adquiridos a agricultores de la zona,
como parte del programa de alimentación saludable del proyecto de Escuelas
Sostenibles. Crédito: Edgardo Ayala/IPS
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SAN
SALVADOR/ATIQUIZAYA, El Salvador , 8 sep 2017 (IPS) -
Se necesita de un cambio de paradigma en la forma en que se producen, consumen
y comercializan los alimentos en los países de América Latina y el Caribe, si
se quieren frenar los problemas de salud asociados a una mala nutrición.
De allí que encontrar
sistemas de producción alimentarios sanos y sostenibles fue la idea que
debatieron expertos, académicos y representantes de gobiernos del área y de
agencias de las Naciones Unidas, en un foro regional, en San Salvador, entre el
5 y el 7 de septiembre.
El reto es abrumador:
combatir no solo el hambre y la malnutrición, sino también el sobrepeso y la
obesidad en América Latina y el Caribe, cuando esos padecimientos ganan terreno
en la región de más de 640 millones de personas.
El Simposio Regional
sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles para la Alimentación Saludable fue
organizado por la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y
por la Organización Panamericana para
la Salud (OPS).
“Este espacio es una
oportunidad para compartir experiencias, para que tengamos normas y trabajemos
intensamente en esto, que es un reto para toda la sociedad: el urbanismo, el
sedentarismo, el cambio en los hábitos alimentarios, las comidas rápidas
ultraprocesadas, terminan siendo una amenaza”, dijo el representante de la OPS
en El Salvador, Carlos Garzón.
En 2012, 38 millones de
personas murieron por enfermedades no transmisibles, de los que 48 por ciento
eran menores de 70 años, “personas que no debieron haber muerto”, destacó.
“Y buena parte de esas
enfermedades, como diabetes e hipertensión, están vinculadas procesos de
sobrepeso y obesidad, y con ello, a la alimentación”, subrayó.
Por su parte, Julio
Berdergué, representante regional para América Latina y el Caribe de la FAO,
señaló que esta zona del mundo está perdiendo la pelea contra el hambre y el
sobrepeso.
La región, dijo, había
ejercido un importante liderazgo mundial, de la mano de políticas públicas
integrales para enfrentar el hambre, y se logró sacar a 26 millones del estado
de inseguridad alimentaria desde 1990 hasta hoy.
“Pero hace cinco años
que ya no estamos avanzando como lo veíamos haciendo. Lamento tener que
anunciar que los datos que FAO publicará la próxima semana, van a confirmar
que, por primera vez en una generación, el planeta, y también nuestra región,
retrocede en la lucha contra el hambre”, acotó durante el foro.
En cuanto al sobrepeso,
comentó que 24 países del área presentan una proporción de personas obesas en
valores cercanos o superiores a 20 por ciento de la población.
Sin embargo, Chile,
México y Bahamas están por encima de 30 por ciento, y Uruguay, Argentina y
Trinidad y Tobago con cerca de 29 por ciento.
De acuerdo a la FAO, la
obesidad está erosionando las oportunidades de desarrollo de casi cuatro
millones de niños latinoamericanos y caribeños. En Brasil y en Paraguay
representan 12 por ciento de ese grupo poblacional, en Chile, Bolivia y en
México, nueve por ciento, y en El Salvador, seis por ciento.
Algunos participantes
en el foro visitaron la aldea de Pepenance, en el municipio de Atiquizaya, a 83
kilómetros al oeste de San Salvador, para conocer el esfuerzo que desde el 2013
realiza la escuela del lugar para impulsar el programa de Escuelas Sostenibles.
Ese proyecto forma
parte del Programa de Alimentación Escolar Sostenible, del Ministerio de Educación de El
Salvador.
El representante
regional para América Latina y el Caribe de la FAO, Julio Berdegué (derecha), y
otros visitantes escuchan las explicaciones de dos alumnas de la escuela de
Pepenance, una aldea de El Salvador, sobre la producción de vegetales en el
huerto del centro. Crédito: Edgardo Ayala/IPS
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Dentro de ese programa
los estudiantes aprenden a producir alimentos en el huerto escolar y comen un
platillo diario como refuerzo nutricional, elaborado con legumbres, hortalizas
y otros productos naturales adquiridos a agricultores familiares locales, entre
otros aspectos.
La iniciativa de
Escuelas Sostenibles, apoyada por la FAO y con el respaldo financiero de
Brasil, se desarrolla nacionalmente en 10 de los 14 departamentos de El
Salvador, e incluye a 40 de los 262 municipios y a 215 de las más de 3,000
escuelas ubicadas en el área rural. Beneficia a un total de 73,000 estudiantes.
A la escuela de
Pepenance llegaron una docena de directores de otros centros escolares del
municipio, productores locales y otros actores vinculados al proyecto, para
recalcar que el esfuerzo debe continuar y ampliarse aún más.
La maestra Ana Fajardo,
directora de la Escuela Parvularia Cordelia Ávalos Vda. de Labor, explicó que
antes los alumnos a veces no asistían a clases porque estaban malnutridos en
sus casas y en la escuela no había el complemento nutricional de los llamados
“refrigerios” en este país centroamericano de 6,4 millones de habitantes.
La situación cambió
desde que la escuela entró al programa, aseguró. Ahora disfrutan diariamente de
platillos elaborados con cereales, granos, frutas, hortalizas y proteínas.
Yajaira Ortiz, una
alumna de noveno grado, el último de educación básica, de 12 años,
explicó que mediante los huertos no solo están aprendiendo a producir
alimentos, sino que ayudan al aprendizaje en materias como matemáticas.
“Los huertos hacen que
nuestra clase sea más interesante, salimos del aula y vemos que allí tenemos
muchas figuras geométricas también”, añadió. Eso porque los sembradíos están
plantados y organizados en pequeñas parcelas de formas geométricas, como
triángulos, círculos y otros.
Explorar experiencias
como el programa alimentario escolar salvadoreño y de iniciativas similares en
otros países fue parte del debate en el foro en la capital salvadoreña.
“Esta es la cara
concreta, real, del debate en el simposio en San Salvador, allá estamos
discutiendo grandes ideas, políticas públicas, pero con experiencia como esta
de aquí es a lo que nos referimos cuando hablamos de sistemas saludables y
sostenibles”, recalcó Berdergué a IPS.
El Salvador es parte
del grupo de 13 países de la región que desde el 2009 forman parte de una
iniciativa impulsada por FAO y por el gobierno de Brasil, para extender el
programa de escuelas sostenibles, adaptando los logros obtenidos por esa nación
sudamericana con su Programa
Nacional de Alimentación Escolar.
La coordinadora
regional dentro de la FAO del proyecto de Fortalecimiento
a los Programas de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe, la
brasileña Najla Veloso, destacó que es importante vincular a los productores
locales en el esfuerzo, porque así se fortalece el tejido social y económico de
la comunidad.
Veloso explicó a IPS
que en Brasil 30 por ciento de los alimentos ofrecidos a 42 millones de
estudiantes, diariamente, provienen por mandato legal de productores locales.
“Es necesario comprar
de la agricultura familiar, pues eso va a producir cambios en la economía local
y un empoderamiento de las comunidades”, comentó.
Editado
por Estrella Gutiérrez
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