04 Jun 2017 | 00:00 h
Redacción:
Luna tiene solo tres años, y sus
primeras palabras se reparten ya entre tres idiomas. Además de español y algo
de inglés, Luna puede expresarse en quechua. A veces, presume de su
conocimiento de este idioma ancestral ante sus amigos, y se ríe cuando pronuncia
algunas palabras que le parecen graciosas. Según su madre, Cinthya Gonzales,
“atesora cada término nuevo como un juguete maravilloso e inagotable, con el
que puede construir mensajes, hacer cosas, cantar o comunicar sus necesidades”.
Cinthya es pedagoga y fundadora del proyecto de Niñ@s Políglotas ABCforkids,
una particular escuela de idiomas que nace para romper algunos prejuicios sobre
el aprendizaje infantil. Porque no se trata de engullir sintaxis, gramática o
un vocabulario ajenos a sí mismos y a su cultura. El aprendizaje del quechua
les permite conectarse con su propia historia, descubrir cosas del mundo
andino, crecer con una conciencia distinta sobre los otros. Quizá ellos no lo
sepan todavía, pero desde algún lugar del barrio de Los Olivos, con unas pocas
cartulinas y canciones, estos niños están ayudando a mantener viva la
resistencia cultural.
¿Qué teoría es esta de que los
niños deben aprender a leer antes de los tres años?
Los niños desde muy pequeños
reconocen imágenes. No queremos enseñarles a reproducir sílaba por sílaba, o
que aprendan un abecedario, esto es aburrido y poco fructífero. Si ellos pueden
identificar el dibujo de un sapo y nos dicen “hampatu” y luego lo relacionan
con la palabra escrita hampatu, para nosotros ese niño está leyendo. No sabe lo
que es una “h”, una “u”, o una “a”, pero sí sabe que allí dice hampatu y que a
través de esa palabra puede imaginar un sapo. Cuando más pronto aprende a leer,
mayor será su capacidad de decodificación del mundo. Por lo tanto, mayor su libertad
y autonomía. Leer es un ejercicio de absoluta libertad.
¿Por qué los niños pueden
aprender lenguas con mucha más facilidad que los adultos?
Simplemente porque los niños son
genios. La evolución ha hecho que de 0 a 6 años sea una etapa intensa de incorporación
de información. Un adulto frente a un nuevo idioma opta por el silencio por
temor a equivocarse y por pudor social. La etapa infantil es un maravilloso
espacio para aprender palabras que quedarán con nosotros de por vida. Cuando
los niños nacen son ciudadanos del mundo. Son los más horizontales y
antijerárquicos. Para ellos los idiomas son como juguetes. Se maravillan ante
ello con naturalidad e incorporan las lenguas alegremente con su inmensa
inteligencia idiomática.
Vivimos en un país multilingüe y
sin embargo la población de sus grandes urbes no lo es. ¿Qué estamos haciendo
mal y qué propone ABC for kids, cuál es su método?
El enfoque es incorrecto. Hemos
visto el multilingüismo como un gran problema que solucionar. El quechua en los
niños es un instrumento poderoso contra el racismo. Es una lengua que nos puede
ofrecer muchas ventajas a varios niveles del desarrollo. En cuanto a
metodología, nuestros niños no aprenden una palabra aislada de sus posibles
usos. Cuando los niños se dan cuenta de que transmiten un mensaje y de que
pueden interactuar con otros, apoyados en estas nuevas palabras, es que nace el
interés por aprender cada vez más de este nuevo idioma.
¿En unos años los niños peruanos
podrían ser bilingües? Niños hablando español y quechua sería como un caso más
de justicia poética, ¿no?
Durante años nuestras clases de
inglés se quedaron abandonadas en los cuadernos y todas esas horas destinadas
al aprendizaje de un idioma en la escuela no han logrado que los estudiantes
hablemos un idioma más. Tampoco las clases de lenguaje español han conseguido
que nuestros niños se expresen mejor. Cuando escogimos el quechua e inglés para
iniciar nuestro programa de multilingüismo, los escogimos porque el quechua
logra conectar a un niño con su historia, aprender quechua es otra forma de
conocer el Perú, pero, sobre todo, aprender a conocer al otro desde su cultura.
Cuando enseñamos un idioma, no solo enseñamos un código lingüístico, también
transmitimos las valoraciones propias de la cultura, sus preferencias éticas y
estéticas.
¿Ya se ha implementado? ¿Qué
resultados se han tenido hasta ahora? ¿Ya hay casos de niños limeños que estén
hablando en quechua con sus abuelitas andinas? ¿De qué manera esto va
repercutir en su identidad cultural? ¿En qué consiste el incorporar la
interculturalidad del idioma nativo para la comprensión del idioma extranjero?
Sí, se ha implementado hace unos
meses con grupos de niños de tres años en Lima Norte. Nuestro objetivo más
importante es que nuestros niños sepan que el quechua es otra forma de decir el
mundo y decirlo desde aquí. Cuando un niño aprende a comunicarse en quechua
toma conciencia del proceso de comunicación, ya que puede nombrar al mundo en
un idioma u otro. La consciencia sobre el idioma que está usando le permite
saber que existen lenguas diferentes y que pueden ser usados con diferentes
interlocutores y en situaciones diferentes. El mundo adquiere una explicación
multilingüística.
¿Cómo se pueden reforzar las
competencias comunicativas de los niños? ¿Qué necesitan los niños para
comunicarse y entenderse mejor?
En el aula y en la casa,
proporcionando espacios de experiencias significativas. Espacios donde los
niños puedan tener prácticas sociales constantes. La competencia comunicativa
no se circunscribe a que el niño diga perfectamente una palabra, pronuncie bien
la erre, o no tartamudee al hablar. Debemos quitarnos esa idea y provocar que
los niños resuelvan situaciones cotidianas mediante las palabras. Ellos solo
necesitan el espacio y la guía del maestro o los padres para comunicarse. Son
increíblemente empáticos. Cada uno a su manera, expresa su opinión y su
interpretación de las cosas. ¿No has notado lo maravillosos y luminosos que
son?
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