4 mayo 2017
En esta imagen sacada con un
móvil se puede ver a los agroganaderos cuando se dirigían a atacar la comunidad
de los indígenas gamelas. Un coche de policía les acompaña.
© CIMI
Trece indígenas de Brasil han
tenido que ser hospitalizados después de sufrir un brutal y violento ataque a
manos hombres armados con armas y machetes en la Amazonia.
En una de las perturbadoras
fotografías enviadas a Survival International se ve a un hombre al que, según
parece, le habrían amputado los brazos.
El ataque se produjo en
represalia a la campaña que desarrollan los indígenas gamelas para recuperar
una pequeña parte de su territorio ancestral. Su tierra ha sido invadida y
destruida por agroganaderos, madereros y otros invasores, forzando a los
gamelas a vivir hacinados en una pequeña parcela de terreno. Los gamelas son
los habitantes nativos de esta región en el estado brasileño de Maranhão.
Poderosos intereses del
agronegocio, entre quienes al parecer se encuentra la familia Sarney, llevan un tiempo
en conflicto con la tribu. En esta familia se encuentra un expresidente de
Brasil y una antigua gobernadora del estado de Maranhão.
Testigos del ataque han declarado
que los agroganaderos se congregaron en una barbacoa y se emborracharon, antes
de rodear el campamento de la comunidad gamela, donde dispararon con sus armas
a los indígenas y los atacaron con machetes causando heridas de gravedad. Los
testimonios apuntan a que la policía local se encontraba presente y consintió
que se produjera el ataque.
Los gamelas habían recibido
varias amenazas de muerte en respuesta a sus intentos de regresar a su tierra.
En una declaración difundida por la ONG brasileña Conselho
Indigenista Missionário (CIMI), aseguraban: “Se engañan quienes
piensan que la muerte pondrá fin a nuestra lucha: si nos matan, como semillas
vamos a germinar las luchas de los pueblos. Ni el miedo, ni las balas asesinas
de los terratenientes podrán detenernos.”
El ataque ocurrió pocos días
después de las masivas
movilizaciones indígenas que se celebraron en Brasilia contra una
serie de cambios legislativos propuestos, que de salir adelante podrían tener
consecuencias devastadoras para los pueblos indígenas.
El robo de tierras es el mayor
problema al que se enfrentan los pueblos indígenas y tribales. Por todo el
mundo las sociedades industrializadas les roban sus tierras para lucrarse.
Los activistas temen que los
estrechos lazos entre el grupo de presión del agronegocio y el Gobierno del
Presidente Temer, instalado en el poder tras el proceso de destitución de Dilma
Rousseff en 2016, podrían derivar en un aumento de la violencia genocida y del
racismo contra los pueblos indígenas brasileños.
“A día de hoy presenciamos el
mayor asalto contra los indígenas de Brasil en las dos últimas generaciones”,
declaró el director de Survival International, Stephen Corry, quien agregó:
“Este terrible ataque es un síntoma de la brutal y continuada ofensiva que está
aniquilando a comunidades indígenas por todo el país. Actos atroces como este
no acabarán hasta que los culpables sean procesados y Brasil empiece a
garantizar los derechos territoriales indígenas como debe hacer según su propia
legislación y el derecho internacional”.
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