Por: Luis A.
Rivera H | Domingo, 23/04/2017 11:05 PM
¿Qué tiempos son estos
que tenemos que defender lo obvio?
¿Que celebramos el 1ero
de Mayo de todos los años?, un feriado cualquiera para pasarlo en familia?, el
día del trabajo? un día no laborable y remunerado?. No. La respuesta es más
amplia y enriquecedora; celebramos el onomástico del movimiento obrero, el día
del proletariado internacional, una conmemoración de lucha en su vigente y rica
historia. Y quien es el proletario, el obrero?, el historiador Manuel Tuñón de
Lara (1985) lo define como "...aquella persona que vende su fuerza de
trabajo a otra, llamada capitalista, que posee los medios de producción y que
es también dueña de los bienes de producción".
La historia del
movimiento obrero tuvo un gran avance con la publicación en 1848 del Manifiesto
Comunista, elaborado por Carl Marx y Friederich Engels, quienes dotaron al
movimiento obrero de un programa genuino, demostrando que la clase
revolucionaria por esencia en el sistema capitalismo es el proletariado y la
lucha de clases el motor que rige la historia; principios irrenunciables del
proletariado consecuente, el cual encuentra hoy en día entre líneas y de forma
expresa, un conjunto de ideas y análisis que explican el devenir de la
humanidad. Recordemos siempre, la historia de la clase obrera es de grandes
avances y retrocesos, fracasos y éxitos, derrotas y victorias que caracterizan
la marcha del proletariado en la historia de la humanidad.
Una humanidad que logró
ver la conquista del poder por el proletariado y el triunfo de su ideología en
1917, cuando liderados por Lenin los bolcheviques llegaron al poder y forjaron
la URSS y también ha sido testigo de su repliegue político e ideológico ante la
ofensiva del neoliberalismo.
La historia del
movimiento obrero se remonta a la génesis del proletariado, comprende no sólo
las luchas reivindicativas de la clase obrera sino también los mecanismos
desplegados por el sector dominante para controlarlos, con el fin de asegurar y
mantener su posición.
La historia del
movimiento obrero tuvo un gran avance con la publicación en 1848 del Manifiesto
Comunista, elaborado por Carl Marx y Friederich Engels, quienes dotaron al
movimiento obrero de un programa genuino, demostrando que la clase
revolucionaria por esencia en el sistema capitalismo es el proletariado y la
lucha de clases el motor que rige la historia; principios irrenunciables del
proletariado consecuente, el cual encuentra hoy en día entre líneas y de forma
expresa, un conjunto de ideas y análisis que explican el devenir de la
humanidad.
El 1 de mayo de 1866 en
Chicago (EEUU), uno de los principales centros urbanos que agrupaba a cientos
de miles de trabajadores, se llevó a cabo una huelga de trabajadores,
reclamando la jornada laboral de las 8 horas de trabajo. La represión fue
brutal y se detuvieron a cientos de obreros luego de la Revuelta de Haymarket
(4 mayo de 1886), momento más álgido de la huelga, el costo social no solo fue
elevado sino trajo como consecuencia la ejecución (11 de noviembre de 1887) de
los obreros: Gerge Engel (tipógrafo), Adolf Fisher (periodista), Albert Parsons
(periodista), August Vincent Spies (periodista), Louis Linngg (carpintero),
conocidos como los "Martires de Chicago".
La revuelta de Chicago
costó la vida de muchos trabajadores, de distintas nacionalidades (migrantes),
la represión contra dirigentes además de despidos, detenidos, procesados,
torturados, etc. Como suele premiar, el gran capital y sus defensores, a
quienes enarbolan la defensa de los derechos del pueblo; aún hasta hoy en
nuestro país, continúan procesados dirigentes indígenas del llamado Baguazo,
líderes del proletariado minero y luchadores sociales, encausados en
interminables juicios buscando acallar su voz, una práctica que tiene larga
data.
El gran movimiento
obrero de Chicago produjo que se instaure la jornada de las 8 horas de trabajo
en 1886 y para una reedición del Manifiesto Comunista en 1890, Engels escribió:
" …el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas,
movilizadas por vez primera en un solo ejército, bajo una sola bandera y para
un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada de ocho horas,
proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra
y de nuevo en 1899 por el Congreso Obrero de Paris. El espectáculo de hoy
demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que,
en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx
estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!". Engels resaltaba el
logro de la jornada de las 8 horas de trabajo, producto de la unidad del
proletariado en una lucha, y el derecho conquistado por los trabajadores con
luchas y grandes sacrificios.
La victoria por la
jornada de las 8 horas en Chicago inspiró la lucha del proletariado en
distintas partes del mundo, en nuestro país, Perú, el incipiente aún
proletariado peruano celebró la llamada Pascua Obrera, conmemoración de la
lucha del 1ero de Mayo en 1905 y que según investigaciones históricas tuvo
lugar en varias ciudades del Perú como Lima, Callao, Trujillo, Chiclayo,
Cajamarca, Huaraz, Cerro de Pasco, Tarma, Arequipa, Cuzco, Puno. Por vez
primera los periódicos describen la marcha por calles de la capital y de las
ciudades de obreros ondeando banderas rojas, conmemorando la lucha de sus
mártires, forjando su memoria histórica y escribiendo su historia.
La lucha del movimiento
obrero peruano escribió imborrables episodios de lucha en el siglo XX, pero
debemos detenernos a fines de la década del 20 cuando el amauta José Carlos
Mariátegui fundó el Partido Comunista del Perú (1928), cuyo objetivo fue la
dirección del movimiento de masas en el Perú y la conformación de un programa
que tuvo en el proletario al sector dirigente aliado al campesinado,
planteamiento esbozado en el programa del partido, de esta forma el movimiento
obrero elevó su lucha política.
Sin embargo, el
proletariado y su flamante partido recién iniciaban el largo camino hacia su
objetivo final. La prematura muerte de Mariátegui contribuyó a acrecentar los
problemas de dirección, que asociado a una incorrecta aplicación de la línea
política, fueron el aspecto principal en la derrota no sólo del movimiento
obrero, sino del movimiento popular en su conjunto.
Hacia fines del siglo
XX con la caída del socialismo existente, de forma prematura el capitalismo, en
su versión neoliberal, sintiéndose triunfante, sentenció la muerte del
proletariado, el fin del movimiento obrero y de la misma historia, sentenció la
victoria final de su sociedad burguesa, en su versión neoliberal de apología al
individualismo.
Sin embargo, el
proletariado ha resistido a pesar de los embates del sistema, la precarización
del régimen laboral, pérdida de muchos de sus derechos conquistados, despidos
arbitrarios, prohibición a la organización de sindicatos, todo ello
consecuencia de la aplicación del modelo neoliberal en el ámbito laboral.
Hoy, 1ero de Mayo,
volvemos a celebrar un día de lucha del proletariado frente a los embates del
neoliberalismo, con la convicción de ver un proletariado que se va nutriendo de
otros sectores, razón por la cual hoy más que nunca los principios del
proletariado, dados por Marx y Engels, están presentes y se hace necesario
reflexionar en la lectura de los clásicos, en la necesidad de organización, ya
no sólo para hacer frente y resistir al neoliberalismo, sino para iniciar
nuevamente y con férrea convicción el camino hacia la victoria final. Un feliz
1 ero de mayo al proletariado internacional en su día y que sigan las
conquistas y las luchas que hoy más que nunca sus principios y consignas están
vigentes y vivas.
betorh58@hotmail.com
BIBLIOGRAFIA
Lostaunau M. (2003) II
Curso de Actualización en Historia y Cultura del Perú. Departamento Académico
de Historia Antropología y Arqueología. Facultad de Humanidades. Universidad
Nacional Federico Villarreal.
Tuñon de L. (1985) El
Movimiento Obrero en la historia de España
Tomo I. Biblioteca de
la Historia. Sarpe. Madrid. España.
Vega R. (1997)
¿..."El Fin de la Historia" o Desorden Mundial? Critica a una
ideología del progreso y reivindicación del socialismo. Colección Pedagogía
Política. Ediciones Antropos. 2da. Edición. Bogotá – Colombia.
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