Fuente: Gazeta de Antropología
Military and religious
rituals. Two studies in political anthropology in contemporary Spain
Demetrio E. Brisset Martín
Catedrático de Comunicación
Audiovisual. Universidad de Málaga (España)
RESUMEN
Desde la antropología
política, se emprende una aproximación etnohistórica al complejo simbólico
expresado por la intervención de militares en las procesiones católicas
hispanas, especialmente las del Corpus Christi y el Jueves Santo. Se analizarán
en profundidad los casos de Toledo y Málaga, que actualmente sufren una viva
polémica.
ABSTRACT
From the perspective of
political anthropology, this article is an ethnohistorical approach to the
symbolism expressed by the military intervention in Spanish Catholic
processions, especially in the feast of Corpus Christi and Maundy Thursday.
Cases of Toledo and Malaga, which are currently the subject of heated
controversy, are thoroughly analysed.
PALABRAS
CLAVE
antropología política |
etnohistoria | símbolo | ritual | ejército | Corpus Christi | Jueves Santo |
diablos
KEYWORDS
political anthropology |
ethnohistory | symbol | military | Maundy Thursday | devils
El pasado 2010, la sociedad
española sufrió un politizado debate con motivo de la orden del Ministerio de
Defensa de que las tropas que acudían a las procesiones del Corpus Christi no
rindiesen honores militares a la custodia con la hostia consagrada, ni que las
bandas militares interpretasen el himno nacional en su honor. Estas medidas, en
consonancia con el carácter laico del actual sistema constitucional (Art. 16,
3: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”), fueron ásperamente rechazadas
por un sector social, que invocaba la tradición como argumento para
no modificar los actos de liturgia callejera. En Toledo, sede del cardenal
primado de las Españas y de la más solemne de las procesiones eucarísticas,
tuvo lugar una gran ofensiva de las fuerzas sostenedoras de la hegemonía
nacional-católica.
1. El Ejército rindiendo
honores a la custodia en el Corpus de Toledo, años 1960 (Libertad Digital).
En escala menor, por
tratarse de una capital de provincia, un año antes sucedió una polémica
parecida, cuando los inmovilistas malagueños se indignaron ante el anuncio de
reducir la asistencia de la Legión para desfilar el Jueves Santo junto a su
protector, el legionario Cristo de Mena, mientras cantan su himno: El
novio de la muerte. Los partidarios de la gallarda marcialidad esgrimieron el
derecho que aporta la costumbre para exigir que “no se desvalorizase un ritual
religioso enraizado en la sociedad malagueña”, y con el apoyo de los medios de
comunicación locales consiguieron su propósito.
Y ambos rituales del poder,
reflejan ‘lugares de lo político’ según Abélès (1).
2. La Legión el Jueves Santo
en Málaga.
En muchas procesiones en
España intervienen militares armados, pero son estas dos las que reflejan mayor
vinculación emocional entre rito religioso y ejército. En ambos casos, hubo una
confrontación ideológica respecto a una forma de expresión cultural, analizable
desde la antropología política con herramientas etnohistóricas, considerando
los principios teóricos que ya expusimos en esta revista en 2009, al tratar los
‘ciclos de rituales públicos’ como sistemas en evolución de transmisión de
significados, forma institucionalizada de ejercicio del poder que se legitima a
través de la acción simbólica, donde sus elementos significativos no quedan al
margen de la realidad social, y manifiestan una ideología que utiliza la
tradición como garantía (2). Se trata de usos
sociales de símbolos comunicativos que se han ritualizado, desligados ya de su
inicial motivación. El ejército fue enviado al ritual del Corpus para expulsar
de él a los diablillos, y la Legión fue la mejor concreción militar del
sistema de valores franquista. Cuando la sociedad española se ha transformado,
su presencia mantiene simbólicamente el viejo orden.
Incluso en la Iglesia católica
se adoptan nuevas posturas, como refleja la decisión del I Sínodo Diocesano de
San Cristóbal de La Laguna (1999) que a las ceremonias religiosas no asistiesen
militares con armas. Esto desencadenó ataques contra el clero progresista,
argumentando que los artilleros del cuartel del Cristo de la Laguna le
escoltaban armados desde 1921, cumpliendo una promesa a cambio de regresar
sanos de las guerras de Marruecos. Al aplicar en 2007 el obispo de Tenerife
esta medida en la isla, sectores descontentos exigieron su dimisión:
http://blogs.periodistadigital.com/religiondigital.php/2008/09/02/p186598
http://blogs.periodistadigital.com/religiondigital.php/2008/09/02/p186598
3. La solemne procesión
eucarística del Corpus en la plaza Zocodover de Toledo (Brisset 1976)
Lo que se dirime es separar un
respeto a todos los símbolos religiosos (para no ofender creyentes) de los
honores rendidos a representaciones católicas con grado militar, en vigor desde
la época del intolerante absolutismo. Para abordar la problemática,
recorreremos históricamente la evolución de ciertos rituales religiosos, la
asistencia de tropa a las procesiones y lo que las ordenanzas militares han ido
estableciendo. En un segundo bloque, veremos el singular proceso de
identificación de una agrupación de Semana Santa con una institución armada
heredera de los “gloriosos tercios imperiales”.
4. Corpus de Toledo 2010. La
banda municipal toca el himno nacional con la tropa en posición de firme (Yoli
Lancha).
1.
El polémico Corpus de Toledo en 2010
Catorce días antes de la
festividad, el BOE publicaba un nuevo reglamento militar, que eliminaba la
rendición de honores, tocar el himno nacional y lanzar salvas al Santísimo.
Tras protestar, las autoridades locales lograron que una escuadra de gastadores
escoltasen con sus fusiles HK a la custodia de Arfe, que a lo largo de la
carrera hubiese cadetes con uniforme de gala y sable, y que la banda municipal
sustituyese a la de la Academia de Infantería en interpretar el himno nacional
al salir y entrar a la catedral. Pero no consiguieron que se permitiera
procesionar a la bandera nacional, ni que desenvainaran su sable quienes no
fueran oficiales, lo cual provocó malestar en círculos
militares: 20minutos.es, 4-6-2010:
http://www.20minutos.es/noticia/727954/0/
http://www.20minutos.es/noticia/727954/0/
La polémica suscitada tuvo gran repercusión mediática, con el presidente del PP presenciando la procesión desde un balcón de la Plaza de Zocodover, y gritos a favor de la bandera española, la Guardia Civil y Cristo Rey (ABC 3-6-2010).
5. Mando militar con su sable
desenvainado, al paso de la procesión del Corpus de Toledo 2010 (Alfa y Omega).
Meses después, militares
disconformes con el nuevo reglamento lo incumplieron en la cercana Segovia
(sede de la Academia de Artillería), en la fiesta de la Virgen de la Fuencisla,
patrona de la ciudad. El 17-9-2010 la imagen fue trasladada desde su santuario
hasta la catedral. Al llegar al altar mayor, la banda de la Academia de
Infantería toledana interpretó el himno nacional, mientras los cadetes rendían
los antiguos honores, en elconfidencialdigital.com 30-9-2010, con
vídeo realizado por Segovialdia:
http://www.elconfidencialdigital.com/Articulo.aspx?IdObjeto=26386
http://www.elconfidencialdigital.com/Articulo.aspx?IdObjeto=26386
Luego los cadetes escoltaron la Virgen, que lucía banda y enseña de capitán general, lo que puede ser su pretexto para desafiar al gobierno. Investiguemos ahora la evolución de las procesiones del Corpus, que en Toledo se celebran desde 1418.
6. La XIII Trobada de Colles
Centenaries (Fabelo).
1.1.
Los diablos callejeros
Actualmente, es fácil
encontrar personajes diabólicos en fiestas del ciclo anual en el estado
español. Donde más abundan es en Cataluña, formando agrupaciones o collas
de diables (3),
y también proliferan en celebraciones invernales a san Antón en Baleares. En
muchos sitios se alían con el bando moro para enfrentarse a los cristianos; y
aparecen en representaciones semilitúrgicas, especialmente del día del Corpus,
como antagonistas de los ángeles. Estos poliédricos personajes atemorizantes
simbolizan al enemigo malévolo, o al Mal en general, desde remotos tiempos. Sin
entrar en las diversas mitologías y religiones de la antigüedad, busquemos su
huella en la que fuera más importante de las fiestas hispánicas.
7. Procesión del día de san
Antonio, con los demonis, en Sa Pobla, Mallorca (Reme).
La
fiesta del Corpus Christi
Las transformaciones
socio-culturales sucedidas en España en las últimas cuatro décadas, han
repercutido sobre los rituales profanos de las festividades religiosas, que a
menudo se mantenían invariables desde hace siglos. Uno de los ejemplos más
notables es el del Corpus Christi o Día del Señor, la fiesta por
antonomasia del catolicismo hispánico, que ejercía como exponente de los
poderes divinos (simbolizado en la sagrada forma de aspecto solar) y terrestres
(tanto eclesiásticos como civiles), así como de la cohesión de la comunidad
o cuerpo social. El que se destacaba como Jueves de Oro, a
pesar de los esfuerzos de la Iglesia cesó de ser fiesta nacional en los
noventa, siendo trasladada su celebración al domingo posterior, salvo en
Granada, Sevilla, Toledo y diversos pueblos (4).
Una gran fiesta de Corpus
urbana consta de efímeros altares y adornos callejeros, tanto de carácter
vegetal (juncias, helechos, flores) como tejidos; y la solemne procesión
llevando un florido carro triunfal sobre el que va lujosa custodia con la
sagrada hostia, acompañada por danzantes, representaciones de animales,
monstruos (como la tarasca o dragón cabalgado por una bella mujer (5)), gigantes (que
suelen representar a un rey y una reina moros), cabezudos fustigadores y otros
personajes burlescos tipo diablillos; y la comitiva de miembros de
las cofradías y hermandades (residuo de los antiguos gremios y corporaciones);
las autoridades religiosas, civiles y militares; los niños y niñas que hacen su
primera comunión; fieles creyentes y una compañía de soldados. En ocasiones se
añaden cortejos cívico-históricos y legendarios.
Sin entrar en la instauración
de la festividad del Cuerpo de Cristo el Jueves Santo (1264) ni en su
configuración definitiva con una procesión pública anunciando el verano (1316),
en Barcelona se documenta la procesión del Corpus en 1319, con la asistencia de
gremios, cofradía, ciudad y ‘representaciones’ así del Antiguo como del Nuevo
Testamento, destacando la angelomaquia o batalla celeste entre
ángeles y demonios, que precedía la creación del mundo (6). Estas
representaciones semiteatrales a cargo municipal salían también para festejar
eventos. Entre las danzas eran frecuentes, y siguen saliendo, danzantes con
espadas (recuerdo de los ejercicios bélicos en mimo de griegos o cretenses,
según Juan de la Cueva (7)).
8. Danza de espadas con la
enigmática penla en medio, Corpus de Redondela (Raumallof 2009).
Los
diablícalos del Corpus
Para rastrear la conflictiva
presencia festiva de los demonios o diablícalos, podemos comenzar en la ciudad
de Zaragoza, donde a mediados del siglo XV era costumbre que sus autoridades municipales
pregonasen las disposiciones adoptadas respecto a la fiesta del Corpus, y en el
pregón correspondiente a 1459 se comunica la prohibición de “circular por las
calles con máscaras o hábito de diablo, si no se participa del entremés del
Infierno” (Serrano 1981: 203). Por tierras castellanas, en la toledana
Madridejos sabemos que en el siglo XVI era”costumbre todos los días de Corpus
Christi hazer en medio de la plaça un infierno, donde muchos mancebos hijos de
labradores ricos, vestidos como diablos, meten a todos los amigos que allí
hallan, y les dan muy bien de almorzar” (8). En Sevilla, por
entonces salían las mojarrillas, especie de arlequines enmascarados que
“representaban los pecados veniales”, corriendo a los lados del carro de la
tarasca (o dragón) y golpeando con vejigas infladas a las masas de niños (Very
1962: 73).
Así, ya se tienen los dos
grandes ejes rituales de la fiesta primaveral por excelencia, el día del
Corpus, que confluirían en los diablícalos: por una parte, los entremeses
o juegos que representaban plásticamente episodios bíblicos, míticos o
simbólicos; y por otra, mascaradas callejeras informales, donde los mismos
personajes se entregaban a diversiones al margen de la celebración litúrgica.
9. Endiabladade san Blas en
Almonacid del Marquesado, Cuenca (Brisset 2009).
Ya se mencionan
las diabladas en una descripción de los festejos con los que la
imagen de la Virgen de Gracia fue trasladada en 1635 al nuevo convento erigido
por los trinitarios en Granada. Según un fraile de la orden, para mayor
solemnidad del acto, el cabildo municipal:
“Concedió generoso y liberal
todo cuanto la fiesta del Corpus tiene de excelente y especial; y junta toda la
Nobleza, se formó la Procesión, a que daba principio la danza, que llaman de
los diablillos, que con sus horrorosas figuras, golpes y estruendo, espantando
la gente, hacían calle para dar paso a la tarasca [que] ponía terror, y causaba
más miedo a el verla, escoltada de ocho horribles gigantes” (9).
Aquí ya se tiene una danza de
diablillos enmascarados, conectada narrativamente con la tarasca-dragón, que
aunque estuviese adscrita a la festividad del día del Corpus, podía intervenir
públicamente fuera de su ritual. Pero en pocos años tales personajes grotescos
se convirtieron en enemigo público, como demuestran varios documentos
procesales del archivo de la Real Chancillería de Granada que dí a conocer en
1990 (10).
La
Justicia contra los diablillos
Un dignatario judicial
granadino, a mediados de 1717, decide intervenir en contra de “los abusos
introducidos en esta ciudad en la víspera del Corpus y su octava”, cuando:
“Concurriendo a un tiempo toda
la gente común (…) hablan con demasiada indecorosa libertad. También se
practica salir disfrazados así de gala como de ridículo unos que llaman
Diablillos (y entreaparte mojarrillas) y con el disimulo de no ser conocidos
ejecutan otras demostraciones de igual, o mayor, reparo, y necesarias de
remedio, pues entrando licenciosamente en las casas (…) vengar enemistades y
odios (…) He dispuesto no salgan Diablillos, sino es el día Víspera por la
tarde, y la mañana de la Procesión, sin extraviarse de ella (…) que la plaza se
ilumine, pero no entre en ella ningún hombre con montera ni rebozo, ni mujer
tapada, que suelen ser hombres con este disfraz, [haya] nueve rondas en la
plaza y bocacalles, y que con cada una salga un Ministro Eclesiástico para el
reconocimiento y prisión de clérigos, que son los que más inquietan”.
Tales medidas de orden fueron
confirmadas por la corte a los pocos meses (11). Las licencias a
las que se entregaban estos personajes disfrazados son muy similares a las que,
en diferentes períodos históricos, se acusaba de cometer a los enmascarados
carnavalescos, apreciándose otra similitud entre ambos grupos festivos: a
menudo son hombres con indumentarias femeninas. La vigilancia impuesta por las
autoridades granadinas no debió resultar muy eficaz, ya que la actuación
descontrolada de los diablillos se extendió a otras localidades, como atestigua
otro documento procesal. En 1755, el corregidor de Alcalá la Real (Jaén)
informa al Rey que en su villa ha desterrado “la diabólica costumbre de los
diablillos”, pero que en la víspera del Corpus “de noche salen mujeres y
hombres con el motivo de ver el adorno de la Plaza con disfraces ajenos de sus
calidades, mintiendo tal vez su sexo (…) siendo al mismo tiempo incentivo de
citas que paran en obscenidades y ofensas a Dios”. Ante su petición de mayor
rigor legal, el Consejo Real escribe al presidente de la Chancillería de
Granada, porque “según las noticias que tengo se experimentan también, y aún
mayores (excesos) en esa ciudad con igual motivo”. Se contesta a la corte:
“Es cierto que cuando yo vine
a esta ciudad hallé toleradas muchas especies que me disonaron, y entre ellas
extrañé mucho el modo conque equivocaban la devoción, el celo y el culto debido
al Sacramento en el día y octava de su Celebridad, con la libertad, el
escándalo y la desenvoltura, lo cual se tenía por irremediable, y se
condescendía y toleraba por la aprehensión de que podían resultar inquietudes”.
A pesar de ello, la Real
Chancillería había intervenido el año anterior para combatir tales actos:
“Desterráronse del todo las
tapadas y embozados en que consistía la celebridad del paseo de aquella noche y
del que resultaban tantos males; y casi del todo se quitaron las danzas de
enmascarados que comúnmente llaman Diablícalos (12), los cuales
promovían los alborotos del Pueblo, y con la libertad establecida de entrar con
aquel disfraz en cualquier casa, daban motivo a muchos escándalos y desazones,
y será lo mismo que en Alcalá la Real acostumbran como en otros pueblos de este
reino. En quitar del todo esta especie de danza hallamos el Señor Arzobispo y
yo una gran contradicción en la ciudad y sus comisarios, pareciéndoles que
faltaba sin esto una gran parte de su lucimiento, y nos hemos contentado en
reducir a reglas esta extravagancia”, obligándoles a identificarse, no incluir
mujeres, estar siempre juntos y acompañados por dos ministros de corte “y al
que se le halláse solo disfrazado se le impondrían cuatro años de Presidio”.
A la vista de estas
decisiones, el Consejo de S. M. Fernando VI (del que hacía poco se había cesado
al reformista marqués de la Ensenada) aprobó tal política de control, ordenando
a las autoridades que se publicase el bando según el cual “ningún hombre pueda
salir aquella noche con disfraz ni embozo” y para su cumplimiento “imponiendo
en las plazas o calles más públicas soldados y Ministros” (Legajo 321-4402-57).
Con sus Reales
ordenanzas (1768), Carlos III regula para todo el imperio la protección
armada al Corpus. Es presumible que el ‘estado de sitio’ decretado contra
los diablícalos granadinos conseguiría corregir los ‘abusos’, aunque
el ataque decisivo tardaría una década, al aprobarse en 1777 la ley que
prohibía entrar en las iglesias a “las danzas de mujeres, hombres y diablillos
que acompañan la procesión del Corpus”. Y para garantizar su cumplimiento, se
encargó a la tropa militar que los expulsase, como reflejan sucesivos acuerdos
municipales de Granada entre 1778 y 1783. Así, el ejército borbónico español
conseguiría una de sus mayores proezas al erradicar a los desordenados
diablillos del ritual festivo del Corpus. Y al mismo tiempo se incluyó al
ejército como nuevo elemento ritual, cometido que sigue ocupando.
10. Corpus de Granada.
Soldados rinden honores tras expulsar a los diablícalos(Brisset 1978).
A pesar de todo ello, los
diablillos consiguieron mantenerse vivos en las procesiones del Corpus de
Granada, transformados en los cabezudos que se enfrentan a vejigazos
contra los niños (que en varios años les respondían arrojándoles huevos) e
integrados en un conjunto de elementos rituales residuales con los también prohibidos
dragón o tarasca y gigantes.
11. Cabezudosdel Corpus de
Granada, persiguiendo niños (Brisset 1980).
También perduran residuos de
estos personajes simbólicos en fiestas del Corpus, en España y América. Así,
bajo la denominación de diablos salen en Berga (Barcelona), donde un
grupo de ellos, enmascarados, lanzan petardos y cohetes en todas direcciones; y
en un par de pueblos de Badajoz (Helechosa y Fuenlabrada de los Montes), donde
recolectan donativos y sufren el lanzamiento de brevas por parte de la chiquillería.
En tierras americanas, hay una docena de localidades venezolanas, donde cada
jueves del Corpus Christi danzan por las calles cientos de diablos, al son de
redoblante, maracas y cencerros, siguiendo una tradición que se remonta al
menos a 1621. Los más famosos son los 200 diablos de la Cofradía del Santísimo
Sacramento de los Diablos Danzantes de San Francisco de Yare (Miranda), que
inician su actuación a la puerta de la iglesia solicitando al párroco su
permiso y bendición para un ritual que repiten desde mediados del siglo XVIII.
En el cementerio del pueblo oran por los diablos danzantes fallecidos, y en la
solemne procesión danzan con sus vestidos rojos y llamativas máscaras,
acercándose al Santísimo Sacramento para luego retroceder y temblar ante el
poder de la Divina Majestad. Estas diabladasconstituyen una de las fiestas
rituales más arraigadas, y “valoradas como expresión del patrimonio oral
venezolano que por su riqueza, significación y tradición, refleja fielmente la
identidad y diversidad cultural de nuestro país” González y otros, “Diablos
danzantes de Corpus Christi”:
http://www.monografias.com/trabajos15/diablos-danzantes-venezuela/
diablos-danzantes-venezuela.shtml
diablos-danzantes-venezuela.shtml
12. Diablos de Yare, Venezuela
(Pedro Yaselli).
Por otro lado, los diablillos
se han refugiado en otras festividades. Así tenemos una estrafalaria y ruidosa
comparsa conocida como endiablada, que en Almonacid del Marquesado
(Cuenca) el 3 de febrero honra a su patrono san Blas bailando en el templo con
un extraño ritual. Que se conecta con mascaradas de fin de año del norte de la
península Ibérica y centro de Europa, así como con las diabladas o
danzas de diablos de pueblos mineros del altiplano de Perú y Bolivia.
13. Diablo boliviano.
14. Diablada de Puno, Perú.
Con tales referencias, se
puede elaborar el siguiente cuadro comparativo histórico-etnográfico:
LOCALIDAD
|
ÉPOCA
|
MOTIVO
|
REPRESENTA
|
ACTIVIDAD
|
ASPECTO
|
Barcelona
|
Siglo XIV
|
Corpus
|
Creación mundo +
paraíso-infierno |
Auto sacramental en
procesión + batalla
|
Diablos
¿ ? |
Zaragoza
|
Siglo XV
|
Corpus
|
Infierno
|
Diversión en procesión
|
Máscaras y disfraz demonios
|
Madridejos (Toledo)
|
Siglo XVI
|
Corpus
|
Infierno
|
Banquete con amigos
encerrados
|
Disfraz de demonios
|
Sevilla
|
Siglo XVI
|
Corpus
|
Pecados veniales
|
Correr junto a dragón
golpeando niños
|
Arlequines con máscaras
|
Antiguo reino de Granada
|
Siglo XVIII
|
Corpus
|
Danzas de diablos
|
Actitudes libertinas
nocturnas en calles y casas + acompañar procesión
|
Disfraces demonios; tapados
y
embozados |
Granada
|
2010
|
Corpus
|
Cabezudos fustigadores
|
Correr junto a dragón
golpeando niños
|
Disfraces variados con
grandes cabezas
|
Almonacid del Marquesado
(Cuenca)
|
2010
|
Fiesta patronal de san Blas
|
Endiablada
|
Saltar y gritar a la imagen
del santo
|
Telas estampadas con mitra y
cencerros
|
Altiplano de Perú y Bolivia
|
2010
|
Fiesta patronal de mineros +
carnavales
|
Danzas en honor de Virgen de
la Candelaria
|
Recorrer calles bailando
|
Disfraces con máscaras de
monstruos
|
Venezuela
|
2010
|
Corpus
|
Diablos
|
Danza y saltos humillados
ante sagrada custodia
|
Telas vivas, máscaras
cornudas, sonajas y escobas
|
1.2.
Las ordenanzas militares
Para recorrer ahora la
dinámica integradora de los cuerpos militares a la liturgia en tierras
hispanas, se podría partir de las órdenes militares. En el siglo XI se fundó la
orden de la Caballería de Santiago, entre cuyas constituciones destaca: “Y por
más ejercicio y honra de las dos festividades del glorioso apóstol Santiago, nuestro
patrón, ordenamos que estos dos días en cada un año hagan los caballeros de la
orden fiestas y ejercicios militares” (Constituciones de la religión de
Santiago, cap. I-III-10) En las fiestas del apóstol, se unirían pues culto
y adiestramiento bélico. Pero aquí no se trata del ejército, sino de
monjes-soldados.
Desde muy antiguo, los
guerreros acatan órdenes según jerarquías de mando. Para evitar dudas sobre
competencias y para regular obligaciones disciplinarias, remuneración, castigos
a desertores y simbología colectiva, se elaboraron reglamentos. Uno de ellos se
refería al modo de transmitir órdenes golpeando tambores, el más antiguo
instrumento musical del ejército permanente hispano (creado por los Reyes
Católicos) uniéndoseles los pífanos o ‘pitos’ de los mercenarios suizos. Consta
un código de toques en los tercios del Gran Capitán. Y, según el historiador de
la música militar española Fernández Latorre, “entre ellos debe figurar ya
alguno para la rendición de honores” (2000: 56) (13). Según el nivel
de mando, a las autoridades se las debía honrar con diversas posiciones de los
soldados armados y toques musicales.
Las
soldadescas de los Austrias
Felipe II organizó
la milicia en su reino. Así, fue pregonado en Toledo (30-10-1565)
que: “En cada ciudad hubiese cierto número de soldados aparejados para cuando
les llamasen. Les otorgaba privilegios y exenciones [podían] llevar armas,
cualesquier ropas y vestidos [obligados a que] en ciertos tiempos hiciesen su
alarde y reseña y se ejercitasen en tirar sus arcabuces y usar de las otras
armas para las que eran diputados” y la ciudad les diese “armas, munición y una
bandera” (14).
Luego reglamentó las milicias concejiles (1571), obligando a los
leales súbditos a organizarse y poseer arcabuz, espada, rodela, alabarda o
cualquier otra arma enastada.
15. En Béznar (Granada), desde
1571 se mantienen vivos los Mosqueteros del Santísimo (Brisset 1979).
Al final de su reinado, Felipe
II intentó imponer a los concejos municipales que costeasen de sus arcas
milicias permanentes o profesionales, encargadas de patrullar las costas y
rechazar los desembarcos, pero la bancarrota económica lo impidió. Sin
amilanarse, presionó a la nobleza para que formase “cofradías o compañías de
gente de armas, que se ejercitaran y aficionasen a los plebeyos”. Esta
directriz regia puede relacionarse con la proliferación desde fines del siglo
XVI de las soldadescas o ejercicios bélicos festivos, donde los
paisanos se entrenaban con su armamento y caballos. Esta modalidad de diversión
ruidosa y aprendizaje militar alcanzó tal extensión, que llegó a constituirse
en elemento festivo de primer orden (Brisset 2009: cap. 39).
En 1621, por la “Exaltación al
trono de Felipe IV”, se celebraron fiestas en Sevilla, con cuatro compañías “la
de Ginoveses, la más lucida” con arcabuces, alférez tremolando estandarte y
vítores al rey, con disparos, campanas, artillería del puerto, música. Y se
arrojaron monedas (15).
Cuando el Borbón Felipe V
desembarca en España en 1701, le recibe en Fuenterrabía “un escuadrón compuesto
de 800 mujeres, figurando amazonas, en traje enteramente militar”, asombrando a
su corte francesa (16).
En 1758 a una cofradía le fue negado permiso para la función de
soldadesca o disparo de arcabuces,acusados de “gastar toda la pólvora
de su devoción en salvas y comidas (…) vino y aguardiente” (17). Al año siguiente
fue coronado Carlos III, quién promulgaría unas reales cédulas suprimiendo
las soldadescas, y el uso de cualquier prenda que pudiera confundirse
con otra militar. Lo que no ha impedido la permanencia ritual festiva de este
tipo de grupos armados, pervivencia de las fuerzas de autodefensa comunitarias.
16. En Mecinilla (Granada),
los mozos demuestran su capacidad para defender su territorio (Brisset 1981).
Será tras la implantación de
la dinastía borbónica que se reglamente con minuciosidad el protocolo militar a
seguir. Así, una ordenanza de 1728 establece los diversos toques a ejecutar por
los tambores, con su ampliación en 1761 a los pífanos (18).
Las
ordenanzas borbónicas y franquistas
El centralista y organizador
monarca Carlos III, ordenó una recopilación de las diversas ordenanzas
militares aplicadas en España, que ejecutó en 1764 Joseph A. Portugués. A
partir de ella, promulgó en 1768 unas muy amplias Ordenanzaspara fijar las
normas de las actividades de sus ejércitos. Su tratado tercero se dedica a los
honores militares, desde los debidos a miembros de la familia real y capitanes
generales hasta los de autoridades no militares, pasando por las honras
fúnebres, revistas de tropas y bendición de banderas.
17. Carlos III de Borbón con
el símbolo del poder (retratado por Mengs hacia 1761).
El Título I, “Honores
militares”, en su Artículo 1 comienza con los debidos “Al Santísimo Sacramento”
cuando lo lleven por la calle, al que presentarán armas y el tambor tocar
la marcha, y al pasar por delante de la tropa “se le rendirán poniendo la
rodilla derecha en tierra, quitándose el sombrero o gorra, y cubriendo con él
la llave [del arma]“, debiendo luego acompañarlo dos soldados “con sus armas
afianzadas”. Cuando se trate del día del Corpus, “se ejecutará lo mismo”,
marchando una compañía de soldados armados pero sin gorra “a los costados del
palio”. El Art. 6 estipula que para “toda procesión de imagen de Santísimo
Cristo, la Virgen u otro Santo, las Tropas por donde pasare descansarán sobre
las armas desde su principio hasta el fin; el Tambor tendrá la caja al hombro,
y su fusil terciado el Oficial, haciendo cortesía cuando pase laimagen”. El
Art. 9 trata sobre el día de Jueves Santo, cuando las tropas “pondrán las armas
a la funerala, se arrollarán las banderas y se pondrán sordinas” a los
instrumentos musicales “hasta el repique de campanas en el Sábado Santo”.
Pasaron siglos y la paulatina
pérdida del imperio, hasta que en 1901, en plena industrialización, la
monarquía borbónica decide actualizarse, elaborando nuevas Ordenanzas del
Ejército, armonizadas con la legislación vigente. En su tratado tercero,
“Honores militares”, el Tit. I, Cap. 3 se refiere a los “Honores tributados al
Santísimo Sacramento, a las imágenes sagradas y durante la Misa”, que no se
diferencian de los del siglo XVIII, salvo que se incluye la ceremonia litúrgica
de la misa.
Concluida la Guerra Civil,
tras anular a los republicanos (muertos, presos o exiliados) y afianzado en el
poder, el caudillo de los triunfantes militares rebeldes puede dedicarse a
menesteres protocolarios y modifica las ordenanzas de la corona, manteniendo la
vinculación con su aliada religión oficial, tal como correspondía a su concepto
de estado nacional-católico y vertical. Así el 24-7-1943 Franco firma
el Reglamento de actos y honores militares, cuyo Título I trata sobre los
“Honores a tributar por las tropas formadas y guardias”, siendo el mayor, con
“arma rendida e himno nacional”, “al Santísimo Sacramento”. El siguiente nivel
de honra, “arma presentada e himno nacional”, se dedicará a: las banderas y
estandartes; el jefe del estado y su esposa y los príncipes (de sangre, casas
reales reinantes; de la iglesia, cardenales; de la milicia, capitanes generales
de los ejércitos de tierra, mar y aire)”. En lo que respecta al Tit. II,
“Guardias de honor” son las que se constituyen “a la inmediación del Jefe del
Estado, su esposa, Jefes de Estado extranjeros o capitán general de los
Ejércitos”, integradas por una compañía con bandera y música. Según el Art. 25,
también “dichas guardias tributarán honores al Santísimo, imágenes sagradas,
banderas y estandartes”. En el Título Tercero, “Honores Especiales”, se
distinguen los que deben tributarse al Smo. Sacramento y durante la misa (con
himno nacional incluido), así como a las imágenes sagradas, a las que “se
rendirán los honores específicos que les fueran concedidos” (Art. 42). A los
capitanes general es se les asignan los mismos honores que a los Ministros
Militares. Respecto los “Honores en las fiestas nacionales y religiosas”,
contarán con “engalanado general de los edificios públicos” y tres salvas de 21
cañonazos en las plazas fuertes y buques de guerra: “18 de julio (aniversario
del Movimiento Nacional): 25 de julio (día de Santiago, patrón de España); 1º
de octubre (fiesta del Caudillo); 12 de octubre (fiesta de la Raza) y el 8 de
diciembre (día de la Purísima e Inmaculada Concepción de María)” (Art. 159).
18. Las ordenanzas de Franco
perpetuaban los honores militares absolutistas. Béznar (Brisset 1979).
Tras la alianza con Estados
Unidos, el Plan de ajuste económico, la emigración masiva a Europa industrial y
el turismo, la España de Franco se encuentra conque “la constante evolución de
la Administración o los nuevos conceptos que informan la orgánica de los
ejércitos han modificado o suprimido sustancialmente” diversas reglas; también
las honras fúnebres “pueden originar en el interior de las poblaciones
perturbaciones en la circulación de vehículos, dado su aumento experimentado”;
lo que unido al interés de aclarar los usos del himno nacional en los actos
castrenses y resolver disputas sobre los derechos de las esposas de altos
cargos, “aconsejan dar una nueva redacción a dicho Reglamento”. Y el 25-4-1963
se deroga el anterior por otro, que especifica que los honores se rendirán
“hasta el toque de oración” o “puesta del sol”; la única esposa de autoridad
que puede recibir honores es la del Jefe del Estado; y regula los
procedimientos para revista de tropas y toque del himno nacional. En cuanto a
“los honores a tributar por las tropas de los tres Ejércitos”, al santísimo
sacramento corresponde “arma rendida e himno nacional (completo)”; a las
banderas o estandartes, Jefe del Estado, su esposa y Jefes de Estado
extranjeros “arma presentada e himno nacional (también completo)”. A medida que
desciende el nivel de mando, se reducen los honores, desde sólo la primera
parte del himno a que se toque la Marcha de Infantes, mientras que el arma pasa
al hombro y termina descansada (en el suelo). El Tít. III, “Honores
especiales”, sigue dedicando al santísimo sacramento, misa e imágenes sagradas,
los mismos ceremoniales. Luego se regulan “la bendición y entrega de banderas”,
y se estipulan las voces y cañonazos debidos a cada autoridad presente o
difunta.
Las
ordenanzas de 1984 y 2010
Tras la muerte del dictador y
aprobación en 1978 de una Constitución que instituía un estado aconfesional, el
primer gobierno del PSOE constata que “la evolución de la Administración y de
las Fuerzas Armadas ha suprimido o modificado sustancialmente” la escala de
autoridades; y “por otra parte, la Constitución de 1978 ha determinado la
implantación de una nueva estructura de poderes e Instituciones que se
considera obligado contemplar (…) además de la conveniencia de conseguir una
mayor adaptación de los honores militares a los tiempos actuales, acomodando su
escala y restringiendo el ámbito de su aplicación, aconsejan dar una nueva
redacción” al vigente Reglamento de Actos y Honores Militares. Así, el
11-4-1984, por real decreto se deroga éste, “así como todos los Decretos por
los que se conceden honores militares a imágenes sagradas”. El Título
preliminar dice:
“Articulo 1. Las Fuerzas
Armadas, representando a la Nación y en nombre de los poderes del Estado, serán
las encargadas de rendir los honores de Ordenanza en los actos o ceremonias
oficiales.
Se rendirán honores a:
-La bandera de España.
-Su Majestad el Rey y a S. M.
la Reina.
-Su Alteza Real el Príncipe de
Asturias.
-Sus Altezas Reales los
Infantes de España.
-Los poderes del Estado
definidos por la Constitución en las personas que los representan.
-Las autoridades civiles y
mandos militares que se determinan en este Reglamento.
-Las autoridades extranjeras
de rango equivalente.
Art. 2. Al Santísimo Sacramento se le tributarán honores especiales.
Art. 3. La gradación de loa honores se manifestará por la posición de las armas, por la interpretación del himno nacional o de la Marcha de Infantes y por el número de cañonazos y voces de -¡Viva España!
Sólo se rendirán los honores previstos en el presente Reglamento”.
A continuación se establece
una escala que cronometra el tiempo en el que se tocarán los himnos y el número
de cañonazos y voces, de acuerdo con la dignidad de la autoridad, equiparando
al máximo nivel la bandera de España y el Rey. Al referirse a los “honores
especiales” a rendir al santísimo sacramento, le corresponderá “arma presentada
e himno nacional (primera parte)”, “y ante la presencia de imágenes sagradas se
adoptará la posición de firmes” (Art. 60).
En plena crisis financiera y
laboral, el 20-5-2010 el Consejo de Ministros estima que “en representación de
la Nación y en nombre de los poderes del Estado, las Fuerzas Armadas rinden
honores militares como homenaje y manifestación de respeto a la Bandera de
España, al Rey y a determinadas personalidades, autoridades y mandos
militares”, teniendo en cuenta que:
“El primer reflejo normativo
sobre esta materia para adaptarse a la Constitución Española de 1978 se
concretó en el Reglamento de Honores Militares [R. D. 11-4-1984]. La
experiencia adquirida en su aplicación, en el contexto del programa de puesta
al día de las Reales Ordenanzas, hacen necesario proceder a su actualización.
Se mantienen sin grandes cambios las personalidades y autoridades a las que les
corresponden honores y la gradación de éstos, si bien se reducen las ocasiones
en que se reciben y, en general, se asocian a la celebración de actos.”
Entre las novedades se
encuentran la mención expresa a quienes, “como consortes, tengan la dignidad de
Princesa o Príncipe de Asturias, así como un adecuado tratamiento a los
Presidentes de las Comunidades Autónomas y Ciudades de Ceuta y Melilla, como
representantes ordinarios del Estado en su territorio”.
Luego, en su desarrollo, el
“Título I. Honores militares” especifica sus niveles:
Capítulo I: A la bandera de
España.
Capítulo Il: Al Rey, a la
Familia Real y a los Infantes de España.
Capítulo III: A autoridades
civiles del Estado.
Capítulo IV: A autoridades del
Ministerio de Defensa.
Capítulo V: A mandos
militares.
Capítulo VI: A autoridades
extranjeras y de organizaciones internacionales.
Capítulo VII: A jefes de
representación diplomática y consular.
Como se aprecia, han
desaparecido los honores militares a signos religiosos y la interpretación del
himno nacional por bandas militares en actos litúrgicos. A ello se une que,
cuando se autoricen escoltas a celebraciones de carácter religioso con
tradicional participación castrense, por el derecho a la libertad religiosa la
participación en los actos tendrá carácter voluntario.
19. Banderas y pendones
seguirán recibiendo honores militares, como en la Toma de Granada (Brisset
1992).
Finalmente, uno de los más
simbólicos nexos entre el culto católico y la estructura militar lo constituyen
las imágenes sagradas a las que se concede el rango de “capitán general de los
Ejércitos”, a fin de tributarle los honores militares acordes. Imitando la
concesión real de dicho honor a la Virgen del Pilar (1908), Franco desde 1939
fue recompensando de igual modo la ayuda celestial recibida de una amplia
nómina de Vírgenes, Cristos y santos.
Los
concordatos con la Santa Sede
Tras el estatal Concordato de
España con el Vaticano en 1753, los vientos de la revolución francesa
diseminaron la posibilidad de deshacer la alianza entre trono y altar, y los
asustados monarcas buscaron refuerzos. Así, en 1851 la reina Isabel II firma
uno nuevo, que reafirma a la iglesia católica como la única de la nación
española.
En su estela, para salir del
aislamiento internacional, Franco firma otro cuyos artículos iniciales
especifican:
“Art. I: La Religión Católica,
Apostólica, Romana sigue siendo la única de la Nación española y gozará de los
derechos y de las prerrogativas que le corresponden en conformidad con la Ley
Divina y el Derecho Canónico.
Por lo que se refiere a la tolerancia de los cultos no católicos, en los territorios de soberanía española en África continuará rigiendo el ‘statu quo’ observado hasta ahora (añadido en el protocolo final).
Art. II: El Estado español reconoce a la Iglesia Católica el carácter de sociedad perfecta”, Concordato del 27-8-1953:
En 1978, al garantizar la
Constitución la libertad de culto y la separación Iglesia-Estado, se revisa el
Concordato vigente, reconociendo la libertad civil en materia religiosa, y
derogando los anteriores artículos, en Acuerdos del 3-1-1979:
http://www.vatican.va/roman_curia/secretariat_state/archivio/documents/
rc_seg-st_19790103_santa-sede-spagna_sp.html
http://www.vatican.va/roman_curia/secretariat_state/archivio/documents/
rc_seg-st_19790103_santa-sede-spagna_sp.html
Nada se especifica sobre las procesiones públicas en los días festivos.
2. El polémico Jueves Santo de
Málaga en 2009
La alarma la dio el diario
local Sur, al adelantar que “de prosperar la intención del Ministerio de
Defensa, el próximo Jueves Santo Málaga recibiría a la mitad de legionarios y
se quedaría sin el desembarco en el Puerto” (7-2-2009). Al día siguiente, se
indignan las fuerzas vivas, comenzando con el alcalde, quien asegura “que esa
propuesta se debe a una falta de conocimiento de [la] importancia y tradición
de la presencia de las Legión en la Semana Santa”,
Según el Ministerio, la
decisión -que habría adoptado la cúpula militar regional- tenía un trasfondo
económico. Su propósito era dar “una imagen de austeridad de las Fuerzas Armadas
acorde con los tiempos”. Para el presidente de la Agrupación de Cofradías,
“Defensa tendrá que retroceder. No pueden terminar con una tradición ancestral
(…) El Jueves Santo en Málaga no se entendería igual sin el desembarco de la
legión” y el presidente de los hosteleros malagueños alertó de la repercusión
económica: “La decisión es un atentado social y turístico que demuestra un
desconocimiento absoluto de lo que significan estas tropas para la ciudad”.
(Sur, 8-2-2009). Un día después, el mismo periódico recoge cierto malestar en
la Legión, donde no habría “sentado nada bien la decisión”. Por turno rotatorio
y sorteo interno, cada año le corresponde venir a una compañía de uno de los
cuatro tercios, además de escuadras de gastadores y la banda de música. Este
año tocaba a Melilla: “Un oficial, consultado por este periódico, indicó que
esta decisión no ‘está tomada al azar’, sino que forma parte de una estrategia
para ir ‘cargándose La Legión poco a poco’”. Mientras, se hacían gestiones
políticas por parte del PP y el PSOE locales para que Defensa dejase sin efecto
la propuesta (Sur, 9-2-2009).
Las gestiones fructificaron, y
no se alteró el ceremonial. Que siguió igual en 2010, según informa El
Mundo. Primero, sobre la guardia armada que, desde el Domingo de Ramos hasta el
Miércoles Santo, cinco miembros de la Legión efectuaron al Cristo de la Buena
Muerte en el interior de su iglesia, relevados cada cinco minutos (29-3-2010).
La segunda, sobre el desembarco en el Puerto a paso ligero, como cada Jueves Santo
de mañana, cumpliendo su compromiso de procesionar al Cristo (1-4-2010). En
cuanto a la procesión del Jueves Santo, Sur informaba que la Legión y
Mena “volvieron a dar muestras de arrastrar pasiones por las calles de Málaga”
(2-4-2010).
Así pues, se repitieron los
actos de años anteriores, mostrados en vídeo, en “Desembarco y Traslado”:
http://www.youtube.com/watch?v=HDlmxMIMYwc&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=HDlmxMIMYwc&feature=related
“En la procesión del Jueves Santo”:
http://www.youtube.com/watch?v=u691rJrhAKY
Tras la promulgación en 2010 de la nueva ordenanza, que los legionarios no puedan tocar el himno nacional ni cuadrarse ante su Cristo, ha desencadenado otra polémica respecto a la Semana Santa del 2011, calmada al ubicar aquí el Desfile de las Fuerzas Armadas-2011.
20. En el traslado del Cristo,
suena el himno nacional, y luego se canta El novio de la
muerte (Albherto).
La visión interna
o emic por parte de los organizadores, la Congregación de Mena, se
aprecia en su órgano oficial, el Boletín (19).
21. Boletín extraordinario,
2004.
Una colorista descripción la
ofrece V. Bataller, coronel jefe del Tercio 3º de la Legión:
“A lo lejos, ya se escuchan
los tambores y cornetas de la banda de guerra (…) mirada al infinito, camisa
abierta y cantando soy un novio de la muerte(…) movimientos simultáneos y
sincronizados de los fusiles que, desde la posición de firmes y desde la de
rodilla en tierra, se intercambian, giran, se voltean, bailan …
Aplausos. ¡Viva la Legión!. Mientras, el Cristo de Mena marcha silencioso,
escoltado por la Legión Española” (2004: 28).
“La Congregación de Mena y la
Legión son indisociables. Es impensable la presencia de la una sin la otra”.
Hay que ver esta procesión “con la inocente mirada de un niño” (Escalera 2004:
71). En cada acuertelamiento legionario, se honra a sus muertos con un altar
con la imagen del Cristo de la Buena Muerte. Igual que antaño los soldados de
nuestros Tercios, son “Defensores del catolicismo como parte de la misión
providencial encargada a la Monarquía Española”, siendo ‘El Cristo de la
Legión’ “una de las tradiciones legionarias más antiguas” (Navarro 2004: 82).
Para el cronista de la Congregación, Elías de Mateo, es una de las vistosas
singularidades de la Semana Santa malagueña, aunque:
“Tiene sus detractores,
minoritarios desde luego y reclutados sobre todo entre el clero autoproclamado
‘progresista’, grupos cristianos de base y algunos, muy pocos, cofrades que
hacen gala de un cierto ‘purismo’ (…) Asimismo, identifican esta presencia
militar como la herencia indeseable de la época de Franco, rechazándola
finalmente en el contexto actual de una sociedad democrática con un ejército
profesional y un estado aconfesional [lo que no compartimos, ya que] resulta
algo consustancial con nuestra ciudad” (2004: 42).
Estudiemos ahora el proceso de
integración legionaria en el ritual del Jueves Santo.
2.1.
Los rituales del Jueves Santo
Actualmente, la noche del
Jueves Santo es la cumbre de la Semana Santa, aunque anteriormente lo era el
Domingo o Pascua de Resurrección. Una de las más antiguas referencias a los
actos de Semana Santa en España se encuentra en las Siete Partidas de
Alfonso X el Sabio, promulgadas en 1263, que prohíbe los “juegos burlescos”
dentro de las iglesias, recomendando que en su lugar se efectúen
representaciones “que estimulen a obrar bien, mueven a devoción y recuerdan la
memoria de lo pasado”, entre las que se pone como ejemplo “la resurrección de
Jesucristo” (Partida I, Tit. VI, ley 34).
En 1394, el rey de Aragón Juan
I autorizó a disciplinarse en la procesión nocturna del Jueves Santo. En
Castilla durante el siglo XV las celebraciones de Semana Santa se reducían a
oficios litúrgicos, sin constar que se hicieran procesiones. Los seguidores de
san Francisco intervinieron por entonces en la aparición de las cofradías de
Semana Santa ibéricas, en concreto las de sangre o de la Vera
Cruz,que se penitenciaban públicamente. La de Murcia fue fundada en 1411 y la
de Sevilla en 1448 (Brisset 2009: 432).
Fueron tales el incremento y
excesos de los disciplinantes, que las autoridades religiosas
contrarreformistas decidieron intervenir, como se aprecia en el sínodo de
Guadix-Baza, reunido en 1554:
“De poco acá se han instituido
ciertas cofradías bajo del título de la Santa Cruz que llaman de disciplinantes
[que] tienen por obligación salir vestidos de lienzo la noche del Jueves Santo
y sacarse de las espaldas mucha sangre a golpes con disciplinas, lo cual parece
superstición (…) nos consta disciplinarse muchachos y esclavos y hombres
alquilados para ello (…) por la debilidad resultante quebrantan el ayuno y
comen carne esos días [mandamos que] ninguna persona de las susodichas y
especialmente ninguna mujer se disciplinen en las dichas procesiones” (Brisset
2009: 433) (20).
Al llegar la Ilustración,
Carlos III también prohibió en 1777 las procesiones de disciplinantes. Por
entonces, era común otro ritual del Jueves Santo, cuando grupos de hombres
armados pasaban la noche velando el cadáver de Cristo colocado en los
efímeros ‘monumentos’, que representaban su sepulcro (Brisset 2009: 432).
La
Semana Santa en la ciudad de Málaga
Las procesiones de Semana
Santa en Málaga se remontan a su conquista por los Reyes Católicos (1487),
quienes ya usaban capirotes romos “para el Viernes de la Cruz”. Según Elías de
Mateo, los primeros documentos de asistencia de tipo militar a procesiones
pasionistas malagueñas son de 1640, cuando se funda la Hermandad de las Lanzas
y Picas (de breve vida), que proporcionaba escolta de carácter militar al paso
del Santo Entierro “con sus lanzas negras y banderolas de tafetán negro”, al
mando de capitán, alférez y sargento, no necesariamente militares. La Cofradía
de Nuestra Señora de la Soledad se vincula con la marina de guerra desde 1756,
cuando “tras una horrorosa tormenta salvaron milagrosamente sus vidas los
tripulantes de una fragata de la Armada Española”, al orientarse por la luz de
la torre de su iglesia y conseguir arribar al puerto de Málaga, agradeciendo el
favor a dicha Virgen. A lo largo de este siglo se vinculan otras cofradías con
las unidades militares acuarteladas en Málaga: así desde 1770 en las
procesiones de la Hermandad de Viñeros participan soldados. Pero será la
Cofradía de la Soledad la pionera en integrar vistosas unidades militares
dentro de su procesión, en 1851, al contar con una escolta de soldados, fuerzas
de caballería y banda de música, lo que se va repitiendo, y desde 1860
extendiendo a las restantes cofradías pasionistas, hasta el punto que “las
fuerzas de escolta eran prácticamente imprescindibles en las procesiones” Este
modelo de participación militar para mayor vistosidad y orden, contaba con las
tropas “de los numerosos cuarteles con los que contaba la ciudad, así como los
barcos de guerra surtos habitualmente en el puerto”. Interrumpido por la
Revolución de 1868, se prolongará hasta los primeros años del siglo XX
(Boletín 2004: 42-66).
En 1881, en el popular barrio
del Perchel se funda una nueva cofradía. Buscando una imagen para procesionar,
“abandonada, llena de polvo, olvidada” en una iglesia encuentran una escultura
de Cristo en la cruz “yerto, sangrante, exangüe”, talla barroca encargada en
1663 por el provincial de los dominicos para presidir la gran sala de su
convento “que el inmortal imaginero granadino Juan de Mena labrara en un
momento de inspiración”, y al año siguiente la sacan a la calle (La Saeta,
1928). A finales del siglo XIX, las protestas obreras conmocionaban una
sociedad malagueña donde languidecían las cofradías, que en el caso de ésta,
que daba culto al llamado Cristo de las Cinco Llagas e “integrada por elementos
populares y de mala vida”, se limitó a funcionar como mutualidad de entierros.
Respecto a la Semana Santa en su conjunto, a pesar de la escolta militar a las
procesiones, en 1901 sólo salió una (de Mateo 1997: 18-49; 2004: 42-66).
Destacados “miembros de la
aristocracia y la alta burguesía local”, en 1915 deciden implicarse en
revitalizar el culto, y fusionan dos antiguas hermandades de los dominicos: la
de la Virgen de la Soledad (una de las más significadas, desde su fundación a mediados
del siglo XVI) y la más humilde del Cristo de las Llagas, en la nueva
Congregación de Mena, encargada de volver a procesionar al Cristo yacente
renombrado como de la Buena Muerte “con elementos lujosos y espectaculares” y
voluntad decidida “de proyección exterior”. Un nuevo impulso cofradiero lleva
en 1918 a la aparición de una Guardia de la Roma Imperial de aspecto teatral,
aceptando el rey Alfonso XIII ser nombrado Hermano Mayor Honorario de la
Congregación de Mena, cuya procesión se erige en una de las más brillantes de
la ciudad, con la inclusión de la Guardia Civil a caballo, banda de música y
piquete de honor del regimiento Borbón. Al siguiente año se engalana con
armaduras de la época de los Reyes Católicos y capirotes con hilos de oro (El Regional,
1-4-1920). También los congregantes rendían guardia en su capilla al Cristo
“sobre lujoso catafalco rodeado por flores”, durante tres días desde el Domingo
de Ramos.
Los poderes económicos de la
ciudad se plantearon atraer forasteros a las procesiones, y para potenciarlas,
apoyan la creación de la Agrupación de Cofradías en 1921, cuando el desastre de
Annual hace tambalear el régimen monárquico.
Málaga y su activo puerto eran
lugar de embarque de soldados y materiales con destino a las guarniciones de
Marruecos. La ciudad, que ejercía de retaguardia, también atendía a los heridos
en las campañas. Pero la guerra de Marruecos, con la incesante sangría de los
soldados de reemplazo, provoca el rechazo popular a la presencia en el Norte de
África. Para superarlo, en 1911 se crean las Fuerzas Regulares de Ceuta y
Melilla, unidades de choque de infantería profesionales y bien entrenadas,
especialmente formadas por nativos. Como se verá luego, en 1920 se funda el
Tercio de Extranjeros o Legión. Según la tradición oral en la Congregación de
Mena, a los pocos meses algunos congregantes entablaron amistad con jóvenes
oficiales del Tercio recién constituido, de paso obligado hacia Melilla,
quienes se fueron haciendo devotos del crucificado tallado por Mena. Y en la
Semana Santa de 1921, de manera informal, un oficial acompañó su procesión, lo
que parece repetirían otros oficiales en los siguientes años.
Durante la Dictadura del
general Primo de Rivera (iniciada en 1923), con el entusiasta apoyo de las
autoridades alcanzarán su ‘edad de oro’ la Semana Santa malagueña y, en
especial, la Congregación de Mena, cuyo hermano mayor en 1924 es el opulento
comerciante Félix Sáenz, quien fuera senador del reino y gran apoyo del
dictador. 1925 va a ser fecha clave. El constructor Antonio Baena, quien había
sido Mayordomo de Mena antes de convertirse en presidente de la Agrupación,
viaja a la corte para gestionar la asistencia de algún miembro de la familia
real a las celebraciones religiosas en una ciudad que aspiraba a desbancar a
San Sebastián y Niza como destino turístico. Quien llegó en barco fue Primo de
Rivera, para reunirse con el general Sanjurjo, jefe del ejército de África, y
el teniente coronel Franco, jefe de la Legión, para decidir un plan de
contraataque. Los miembros de la cúpula bélica, en unión del obispo Manuel
González (hoy día beatificado), presidieron el cortejo procesional del Cristo
de Mena, al que acompañaba la banda de cornetas de la Legión, en la que es su
primera intervención oficial en una Semana Santa malagueña en la que salieron
21 procesiones, incluyendo otra cofradía interesada en relacionarse con los
húsares de caballería.
2.2.
El espíritu legionario
Recorramos ahora la historia
de una Legión estrechamente ligada al dictador Franco (21). Éste, siendo
teniente con 19 años, en 1912 pide destino en Melilla, para combatir en la
3ªcampaña de Marruecos, incorporándose a las recién creadas Fuerzas Regulares
de Indígenas, marroquíes al servicio de la metrópoli. Al mando del ejército de
África estaban el general Primo de Rivera y los comandantes Queipo de Llano y
Millán-Astray. Éste último, en 1919 visita acuartelamientos de la legión
francesa en Argelia, ya que “soñaba con crear en el norte de África, según la
inspiración francesa, pero con características hispanas, una división aguerrida
de soldados profesionales”, nuevos tercios de Flandes que aspiraba a que fuesen
“caballeros legionarios” (Cierva 1972: I, 151). Meses después, convence a Franco
de participar como su lugarteniente.
22. Franco y su jefe
Millán-Astray, creadores del Tercio o Legión.
El 4-9-1920 por Real Decreto
se forma el Tercio de Extranjeros, compuesto por tres banderas tipo batallón,
pero más autónomas y móviles, y comienza el reclutamiento. Franco se encargó de
organizar e instruir, incluso diseñando el atuendo legionario. En abril 1921
tienen su bautismo de fuego y su primer muerto, sin llegar a intervenir en la
derrota de Annual meses después. Se frenan los combates, y en 1923 Milán Astray
es sustituido como Jefe del Tercio por Franco, quien retoma su credo
legionario: “el espíritu del legionario es único y sin igual, de ciega y feroz
acometividad”. Poco después, se rebelan en Málaga los soldados del servicio
militar que enviaban a Melilla, por lo que se suspenden tales embarques. A las
tres semanas, el pronunciamiento del general Primo de Rivera instaura un
gobierno militar. En julio 1924, éste inspecciona Ceuta y Melilla, y con Franco
revista las tres banderas del Tercio, decidiendo acantonar las tropas en plazas
fuertes.
En la ya mencionada reunión de
los jefes militares africanos en Málaga durante la Semana Santa de 1925, se
aprueba el plan propuesto por Franco al rey para atacar el centro de la
rebelión rifeña, desembarcando en las playas de Alhucemas, y dominar el eje
Ceuta-Melilla. Tras reunir numerosos navíos y tropas, el 8 de septiembre tiene
lugar el desembarco, con el general Sanjurjo como jefe y Franco en vanguardia
con la Legión, con gran éxito. En recompensa, Franco asciende a general, y esta
operación le servirá de ensayo para su cruce del estrecho con el ejército de
África en 1936 para destruir la República.
23. Asistencia de las
autoridades militares a las procesiones de Semana Santa, 1925.
1928
Volviendo a Málaga, el general
Sanjurjo acepta en 1927 ser Mayordomo Honorario de la Congregación de Mena,
agradecido a su Cristo “por las veces que ha velado por mí” (Boletín 2004:
49). El fervor por este Cristo era compartido por legionarios heridos y evacuados
al hospital de sangre de Málaga, agradeciéndole la curación. Al año siguiente,
el general africanista y alto comisario en Marruecos llegó en hidroavión al
puerto, presidiendo la procesión de Mena.
Este año se conmemoró el
tercer centenario del nacimiento del escultor Pedro de Mena, y su congregación
otorgó otro título de hermano mayor honorario al entonces jefe del Tercio, y a
todos los hombres a su mando el de “hermanos predilectos”. También, al puerto
arribó en su primera singladura el buque-escuela “Juan Sebastián Elcano”, con
el rey Alfonso XIII de pasajero, quien fue agasajado por la congregación.
24. Placa conmemorativa del
tercer centenario del nacimiento de Pedro de Mena.
En 1929, año del crack
bursátil, en la deprimida Málaga por un lado crecían el descontento popular y
los ideales revolucionarios, y por otro, la Congregación de Mena se
identificaba con la causa monárquica, al constituir una Junta de Gobierno
honoraria con el rey como hermano mayor, la reina Camarera Mayor, el infante
don Jaime mayordomo mayor, y como mayordomos y camareras una amplia lista de
duques, marqueses y condes (La Saeta, 1929). A causa del temporal, la Legión
que había sido invitada a participar, no pudo acudir desde Ceuta. Meses
después, el dictador cedió el poder presionado por republicanos. La Semana
Santa de 1930 fue presidida por el infante real, y destacó la participación de
la Legión. Según la prensa, se trataba de “una compañía de legionarios con
escuadra de gastadores, banda de cornetas y tambores, al mando de un capitán y
cuatro oficiales [llamando] la atención su hermoso carnero-mascota por los
adornos que lucía”. En la procesión escoltaron el trono del Cristo de la Buena
Muerte, y “al terminar las marchas los legionarios accionaban con las cornetas
en alto, siendo causa de murmullos de admiración y profundos aplausos”,
aportando “una solemnidad y brillantez inusitadas” (La Unión Mercantil,
18-4-1930). La bandera que portaban sería la bordada por la misma reina,
entregada personalmente a los legionarios en Ceuta a fines de 1927, dando fin a
la guerra de Marruecos. (Cierva 1972: 287). Millán-Astray les felicitó por
telegrama, al haber “demostrado su inmarcesible gallardía en la Paz como en la
Guerra” (Boletín 2004: 70).
25. Primera guardia de honor
legionaria al Cristo yacente, finales de la década 1920.
Para corresponder a las
atenciones recibidas, la Legión invitó a los congregantes a sus cuarteles
africanos, y partieron dos expediciones. La primera visitó Ceuta, donde la
agasajó el jefe de Legión, coronel Liniers, quien al brindar en una cena de
gala “en exaltadas y sublimes palabras dijo la razón por la que el Cristo de la
Buena Muerte había de ser y será siempre el Patrón de la Legión”. En gratitud,
el hermano mayor “invitó a la Legión a venir a Málaga todos los Jueves Santos.
Como nota simpática, los congregantes de Mena regalaron un collar de lujo al
carnero Bartolo” (La Unión Mercantil, 18-4-1930). La segunda fue a Melilla,
donde nombraron Hermano honorario a todo legionario. Entonces, “los legionarios
filiaron al Cristo de Mena -¡qué genial idea!-como ingresado en el Tercio.
‘Jesús de Nazaret’ escribieron en las casillas del impreso de alistamiento,
‘hijo de José y de María, de 33 años (…) causa alta en el Tercio en el día de
hoy” (Fernández de Latorre 2000: 448). A la vuelta, se dio de alta “como
hermanos efectivos, individualmente, a todos los jefes y oficiales que
actualmente [y en lo sucesivo] presten servicio en la Legión”. Así, “en un
ambiente de exaltación patriótica, militar y cofrade se pusieron las bases de
unas relaciones humanas” que siguen vivas, basadas “en unos postulados
ideológicos-religiosos comunes” (de Mateo 2004: 57-59).
Los
tiempos republicanos
1931 es otro año crucial en
esta historia. En plena crisis económica y auge del republicanismo, hay gran
oposición pública a que el ayuntamiento siga subvencionando con dadivosidad los
desfiles procesionales. Coinciden una feroz campaña de elecciones municipales
(que se planteaba como plebiscito entre monarquía y república) con la Semana
Santa, en la que volvieron a salir 21 procesiones en Málaga. Según la crónica
contemporánea de Eme Ge en La Unión Ilustrada:
“Existe una cofradía que tiene
por sobre todas sus cualidades altas, la emoción que le presta el fervor de las
tropas legionarias, formadas por espíritus recios que, enamorados de la Muerte,
apasionados de ella, han buscado su símbolo perfecto en este Cristo que talló
Pedro de Mena y que es la encarnación más viva de la muerte serena y redentora.
De la Buena Muerte. Los legionarios: todos los años, en la mañana del Miércoles
Santo, Málaga se engalana para recibir a sus huéspedes [y el Jueves Santo por
la noche] la calle hierve del entusiasmo religioso y pagano al mismo tiempo, y
contempla el desfile de su Cristo único, escoltado por los bravos de la Legión.
Viriles, como aquellos legendarios guerreros de las tropas de Castilla”.
Esta vez la escolta sumó 72
oficiales, 302 legionarios, 66 músicos y el carnero Bartolo. Como gran novedad,
los legionarios sustituyeron a los congregantes para mantener guardia continua
(relevándose de hora en hora en número de cuatro) ante el catafalco de la
imagen del Cristo en su capilla. Y el trono de la Virgen de la Soledad fue
escoltado por la Guardia Civil en traje de gala (La Unión Mercantil, 2 y
3-4-1931).
Las elecciones en Málaga
ciudad tuvieron el siguiente resultado: la alianza republicano-socialista
alcanzó 32 concejales, mientras que la coalición monárquica consiguió 14, lo
que demuestra las preferencias de la población; elecciones municipales
12-3-1931:
http://www.historiaelectoral.com/e1931m.html
http://www.historiaelectoral.com/e1931m.html
A poco de proclamarse la República, una pastoral del cardenal Segura identificaba la iglesia con la monarquía, y el 10 de mayo en Madrid se funda el Círculo Monárquico Independiente, con unos enfrentamientos que causan dos muertos republicanos. Al día siguiente se incendian en Madrid varios conventos e iglesias. En la noche del 11, Málaga sufre una ola de destrucciones que se prolongaron durante el siguiente día. Un total de 19 edificios religiosos fueron incendiados y otros 23 saqueados. Uno de los templos que ardió fue el de Santo Domingo, salvándose de las llamas la cabeza de la Virgen de la Soledad, mientras que desaparecía el Cristo de Mena. La prensa local de la época da cuenta de la impunidad que encontraron los alborotadores, en su inicio organizados de modo semi-militar y dirigidos por alguien con autoridad que nunca llegó a ser identificado. Incluso el orden de las iglesias atacadas coincidió con una relación que el obispado entregó en el gobierno civil, para supuestamente protegerlas. Los partidos republicanos constituyeron una guardia cívica para defender los templos, la CNT publicó un manifiesto pacificador, y se decretó la ley marcial. Estos vandálicos incidentes causaron una gran fractura social, alejando del recién nacido sistema a muchos sectores.
26. La iglesia de Santo
Domingo en brasas el 12 de mayo de 1931 (A. H. M. de Málaga).
Decretada la separación de la
iglesia y el estado, en los años republicanos no salieron militares en las
procesiones (a veces sustituídos por escuadras de falangistas), y la
congregación se limitó a cultos internos. En cuanto a la Legión, en la década
de los treinta forjó su sangrienta imagen.
2.3.
Historia ocultada de la Legión
“La Legión ha tratado siempre
de promover un particular ‘culto al combate’ y una manera diferente de ver la
muerte (recordemos las palabras que su fundador, Millán-Astray; profirió en más
de una ocasión: “¡Viva la muerte!” ), probablemente este tipo de credo fue
elaborado para favorecer los actos heroicos, tan valorados en estos tipos de
cuerpos. Desgraciadamente también cuenta con su lado oscuro: durante la
represión de los movimientos nacionalistas del Rif y en la colonia de Guinea
Ecuatorial, unidades de la Legión actuaron con una extrema dureza innecesaria
contra los insurgentes, por lo que fueron acusadas de cometer secuestros y
asesinatos de rehenes civiles, torturas y otras acciones represivas dirigidas a
aterrorizar al ‘enemigo’, como cortar cabezas. Posteriormente, fueron acusados
de repetir el mismo patrón represivo tanto en la Revolución de Asturias como
durante la Guerra Civil española”, Centro de Estudios Históricos:
http://www.vadehistoria.com/marruecos/war14.htm
http://www.vadehistoria.com/marruecos/war14.htm
La
Legión en octubre de 1934
En el artículo “Un libro
recoge las actuaciones del Tercio de Extranjeros en la revolución asturiana”
(La voz de Asturias 25-4-2005), P. Menéndez expone cómo el foco
revolucionario asturiano de 1934 provocó cambios en el ejército y,
particularmente, en sus tropas coloniales: “La Legión escribirá, con su
proceder en la tragedia asturiana, el inicio de su particular leyenda negra
para la mitad de los españoles”. José Luis Rodríguez, profesor de la
Universidad Rey Juan Carlos, dedica un notable espacio en su libro A mí la
Legión (Barcelona, Planeta, 2005) a seguir los pasos de las tropas
legionarias en el octubre asturiano.
Hasta entonces, el Tercio de
Extranjeros “tiene una imagen, de forma general, muy positiva”, explica
Rodríguez. Una percepción motivada por tratarse de “un ejército profesional,
que va a evitar que mueran los de siempre, los hijos de las familias pobres”.
Esto se llevará a la práctica en la guerra de Marruecos. La batalla, en 1921,
de Annual, en la que mueren 7.000 soldados, dará categoría de héroes a los
legionarios que refuerzan Melilla y evitan la caída de la plaza, acción que
magnificará, señala Rodríguez, la prensa monárquica.
Trece años más tarde, los
acontecimientos de Asturias legarán una imagen muy distinta de la Legión,
basada en su brutalidad y crueldad extremas. Ideada como ejército colonial y,
por tanto, para actuar fuera del territorio español, “las tropas legionarias
estaban acostumbradas a la guerra de Marruecos, donde la toma de prisioneros no
era una práctica habitual, y sí lo eran el saqueo y el pillaje”. Su presencia
en Asturias, por orden de un joven general Franco que durante la crisis será el
asesor del ministro de la guerra, será su primera actuación en territorio
metropolitano”. Acuden dos banderas legionarias [2.000 hombres
"combatientes muy experimentados"] que tienen pocas bajas [13 muertos
y 46 heridos]. Respecto a la crueldad con que se empleaban las tropas coloniales,
el autor no duda en admitir “su comportamiento brutal”, para con civiles en
Oviedo y en su entrada por el Nalón y el Caudal. El temor que inspiraba la
Legión quedará de manifiesto en el acuerdo de rendición de los dirigentes
mineros, en el que solicitaban que el Tercio, una vez sofocada la revuelta, no
entrase en las cuencas. Un acuerdo que “si lo hubo, no se cumplió, según vi en
los diarios de operaciones de la Legión”, afirma el autor. Si bien la Guardia
Civil y la venganza de algunos prisioneros de los revolucionarios
protagonizaron la represión, no se quedó al margen la Legión. La brutalidad del
Tercio, que prolongó su estancia en Asturias hasta marzo de 1936, permanecerá
desde entonces en la imagen colectiva y como enseña de la disciplina en el propio
cuerpo”.
27. La Tercera Bandera de la
Legión en Asturias, octubre 1934.
Lo anterior es confirmado por
otros autores: “hay muchas declaraciones sobre la violencia incontrolada de
estos hombres [tropas coloniales], desatados en acciones de saqueo y limpieza
absoluta. A estas acciones violentas incluso se opuso el Ejército” (22), Octubre 1934 en
Asturias:
La
masacre de Badajoz
La identificación de la Legión
con el alzamiento y el franquismo va a ser total en esta contienda, desde el
mismo 17 de julio, cuando la guarnición de Melilla es la primera en sublevarse
contra la República, declarando el estado de guerra en Marruecos. A los dos
días, Franco vuela allí para tomar el mando de los rebeldes, y el 6 agosto
cruzan el estrecho de Gibraltar por mar y aire, en lo que sería el primer
puente aéreo militar de la historia. El teniente coronel Yagüe, al frente de
una columna del ejército marroquí avanza por Extremadura: ocupan Mérida el 11
de agosto, y tres días más tarde Badajoz. En el coso de su plaza de toros Yagüe
ordenó el encierro de los prisioneros, la mayoría civiles. Sigue viva la
polémica sobre lo que realmente sucedió allí, aunque fuentes fiables narran
atrocidades, incluyendo ametrallamientos masivos. Tras la muerte de Franco, se
pudo publicar una investigación sobre esta macabro episodio silenciado, “Las
matanzas de Badajoz”, Tiempo de Historia, julio 1979:
http://sbhac.net/Republica/TextosIm/TDH/Badajoz/Badajoz.htm
http://sbhac.net/Republica/TextosIm/TDH/Badajoz/Badajoz.htm
donde Rafael Tenorio parte de artículos periodísticos de reporteros presentes en la misma Badajoz, para concluir que la responsabilidad de los crímenes cometidos eras del comandante de las columnas que los perpetraron, Yagüe.
28. La Legión ocupando
Extremadura, agosto 1936.
En 2005 amplía los datos Raúl
Calvo Trenado, en un artículo difundido en diversos foros en internet sobre la
historia de la Guerra Civil. Las primeras noticias de la matanza de civiles en
Badajoz la dieron los periodistas franceses Dany y Berthel y el portugués Mario
Neves, quien relata sus impresiones en el Diario de Lisboa:
“Acabo de ser testigo de
auténticas escenas de desolación y horror de las que no me olvidaré mientras
viva. Cerca de los establos todavía pueden verse muchos cuerpos yaciendo como
resultado de la implacable justicia militar. En las avenidas, una no muy larga
mirada como la que he echado esta mañana, muestra una larga hilera de cadáveres
insepultos tirados allí, los legionarios extranjeros y las tropas moras que
están encargados de las ejecuciones quieren que los cuerpos resten en las
calles para que sirvan de ejemplo, consiguiendo el efecto deseado”.
“Naturalmente que los hemos matado- me dijo-, ¿qué suponía usted? ¿Iba a llevar 4.000 prisioneros rojos en mi columna, teniendo que avanzar contra reloj? ¿O iba a dejarlos a mi retaguardia para que Badajoz fuera rojo otra vez?”. Esta fue la respuesta que dio Yagüe al corresponsal del New York Herald, John Whitaker.
El periodista norteamericano
Jay Allen publicó la crónica “Masacre en Badajoz” en The Chicago
Tribune (25-8-1936) y si bien utilizó información del bando franquista y
además era partidario de éste, narró lo que vio, siendo acusado de
“calumniador” por los rebeldes: “Esta es la historia más dolorosa que por mi
azar me tocó realizar (…) Hubo fuego, hay cuerpos quemados. Cuatro mil hombres
y mujeres han muerto en Badajoz desde que los legionarios extranjeros del
general Franco y los moros treparon sobre los cuerpos (…) miles fueron
asesinados sanguinariamente después de la caída de la ciudad (…) desde entonces
de 50 a 100 personas eran ejecutadas cada día (…) Los moros y legionarios están
saqueando”.
29. Víctimas de la
indiscriminada represión, en el cementerio de Badajoz (agosto 1936).
Para Gerrard Winstanley: “1)
Esta matanza respondía a una estrategia terrorista muy calculada de avance y
ocupación del territorio. Legionarios y marroquíes avanzaron desde Sevilla a
Madrid por un territorio que les era hostil en lo político, y en columnas de
unos pocos miles (e incluso de sólo centenares) de hombres. Así se lograban
tres objetivos: a) liquidación física de la oposición en la retaguardia; b)
castigos masivos y ejemplares (la represión era tanto más dura cuanto más
hubiera resistido una localidad a legionarios y marroquíes); c) sembrar el
miedo en las siguientes poblaciones a conquistar, con la intención de eliminar
toda posible resistencia o de provocar huidas en masa. Era, por cierto, la
misma estrategia terrorista que se había aplicado en el Rif (donde, como en el
avance de Sevilla a Madrid, se hicieron los primeros ensayos de bombardeos
terroristas por la aviación militar española).
2) La matanza de Badajoz no ha
sido negada ni por los franquistas ni por los neofranquistas. Lo que han hecho
ha sido relativizarla.
Francisco Espinosa, en La
columna de la muerte: el avance del ejército franquista de Sevilla a
Badajoz (Barcelona, Crítica, 2003), habla de 6.610 ejecutados por
legionarios y marroquíes en su avance entre Sevilla y Badajoz, de los que
documenta 1.389 en el mismo Badajoz. Espinosa basa estas cifras en nombres y
apellidos, obtenidos a partir de los archivos municipales, y advierte que son a
la baja y que podrían más que doblarse, empezando porque estos archivos están
incompletos, mientras que los soldados del Ejército de África muertos al tomar
Badajoz fueron menos de 50 La mayoría de los legionarios eran españoles, más de
un 90%, al contrario de lo que ocurría en la Legión Extranjera Francesa”,
citado por Winstanley, 27-8- 2006:
http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=19090
http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=19090
En plena Guerra Civil, la
Hermandad de la Buena Muerte (o de los Estudiantes) de Sevilla, en cabildo
general del 12-3-1937 declara que su advocación, el Cristo de la Buena Muerte,
es proclamado patrón de la Legión, y su jefe el general Millán-Astray nombrado
hermano mayor honorario, y en la Semana Santa de dicho año escoltan el paso una
escuadra de legionarios (J. A. Calderón, ex rector de la Universidad de
Sevilla, ABC 2-12-1991:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1991/12/02/052.html
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1991/12/02/052.html
Pero a los cofrades sevillanos no les gustó su forma de desfilar, tan diferente de su concepto de las procesiones, y no volvieron (J. M. Navarro, Boletín2004: 80).
En
la Málaga del franquismo
Málaga y su provincia fueron
ocupadas por las tropas nacionales e italianas: “En febrero de 1937, entre
60.000 y 100.000 personas salieron de Málaga hacia Almería por la carretera de
la costa. Huían de las tropas franquistas. En el intento murieron al menos
5.000 republicanos. Caían de hambre. Caían disparados por dos barcos,
el Cervera y el Canarias, que costeaban junto a ellos.
Caían asediados por la aviación alemana y ametrallados desde los montes. Eran
en su mayoría mujeres y niños. Ayer, 180 supervivientes de la matanza se
reunieron en Málaga (…) y nos lo contaron” (El País, 24-5-2004).
Al año siguiente, en Semana
Santa, el Sur de la Málaga nacional publica un artículo de Ricardo
Fernández sobre “La Legión y el Cristo de la Buena Muerte” donde se rememora:
“Pasa la Legión, majestuosa,
sublime, encarnación de la virilidad nimbada por el sacrificio (…) Altivos,
gallardos, precedidos del Banderín del Cristo de Lepanto cruzan la ciudad
escoltando a su Patrón (…) Toques de clarines que suenan a combate, en un
ambiente de paz ficticia. Hercúleos gastadores. Les sigue ‘Bartolo’, el carnero
mascota con sus cuernos y pezuñas lustradas de purpurina (…) ¡Hermandad de
Mena! Legión mil veces victoriosa que en el ayer de África y en el hoy de
nuestra cruzada evidencias que no en balde eras la de Millán-Astray, Franco (…)
Legión de héroes anónimos que años más tarde cruzabais el estrecho para salvar
una Patria y una Civilización” (Sur, 17-4-1938).
Este año salieron dos
procesiones, una el Viernes y otra el Domingo de Resurrección, y al llegar a la
catedral sonó el himno nacional: “En este momento, comienza La Nueva Era Procesional
de la Inmortal Semana Santa malagueña” (Sur, 17-4-1938).
A lo largo de la guerra civil,
la Legión participo en un total de 3042 acciones bélicas.
30. Periódico Boinas Rojas,
Semana Santa de 1938.
En 1939 se fundó la Cofradía
del Santísimo Cristo de los Caballeros Mutilados (a cuya imagen titular le
faltaba una pierna), y su hermano mayor, el general Millán-Astray (tuerto y
manco) acudió a la procesión junto con un centenar de mutilados de guerra
andaluces.
1942: Una nueva escultura
reinterpreta al Cristo de Mena, a cargo del escultor malagueño Palma Burgos, y
sale por las calles de Málaga, manteniendo el nombre “de la Buena Muerte”.
1943: La Compañía de Honores
de la Legión vuelve a escoltarla, siendo trasladada a partir de ahora en buques
de la Armada en vez de los anteriores cargueros.
31. Presidencia de las
procesiones de Semana Santa, 1946 (Fernández Casamayor).
32. Confraternización entre
legionarios y congregantes, Semana Santa, 1946.
33. Doña Carmen Polo de Franco
preside las procesiones de 1947 (A. H. M. de Málaga).
1948: Se inicia el ritual de
que el estandarte del Cristo sea custodiado cada año en un acuertelamiento
diferente, produciéndose el relevo el Domingo de Resurrección.
1949: Hojas de propaganda
invitan a los malagueños a acudir al puerto para recibir “a la gloriosa
Legión”.
1952: El director de la música
del II Tercio (Ceuta) adapta El novio de la muertecomo marcha procesional.
1960: Se instaura la costumbre
de que cada Tercio posea en su cuartel una réplica de la imagen del Cristo
Buena Muerte.
1973: El trono del Cristo es
llevado por cofrades, y no hombres pagados. Se colabora con la película de
Rafael Gil sobre la Legión donde reluce su vinculación con el Cristo de Mena.
1974: Polémica, porque pese a
las protestas de los hombres de trono, el del Cristo fue portado a hombros por
los legionarios y “se institucionaliza la contribución económica de la Legión”
(Boletín 2004: 17).
En
la Málaga posfranquista
1977: Durante la procesión los
legionarios fueron increpados por grupos de antifranquistas, resultando
“algunos incidentes por falta de seguridad” (Boletín2004: 17).
1978: “Estuvo a punto de no
autorizarse la participación de la Legión”, por el riego de altercados, aunque
luego se mantuvo (Boletín 2004: 17).
1980: Se recupera la reliquia
de una pierna del Cristo de la talla original de Mena.
-El Tercio IV de La Legión se
establece en Ronda, y la subinspección se traslada a Málaga, con lo que aumenta
su presencia en las actividades de la congregación.
1983: Un piquete de infantería
de marina asiste a la procesión de la Virgen de la Soledad, y la banda de
música toca la salve marinera.
2000: El 12 de marzo, el
arzobispo castrense monseñor Estepa, a petición de la Legión Española, reconoce
oficialmente como su protector al Cristo de la Buena Muerte representado en la
imagen venerada en Málaga.
2003: A iniciativa de la
Congregación de Mena, se conmemoró el 75 aniversario de la primera singladura
del “Juan Sebastián Elcano” con otra escala del navío, que esta vez traía a
bordo al nieto de Alfonso XIII y monarca vigente, uniformado como capitán
general de la Armada.
34. Casa de los tronos de la
Congregación de Mena (Brisset 2011).
Por otro lado, en 1987 se
reformará la Legión. En un pleno del Senado, el senador Antonio Romero (IU)
pidió su disolución, por “estar ligada al pasado colonial” y producir sus
miembros “un impacto negativo en la población civil de las ciudades en las que
está establecida [refiriéndose] al gran número de delitos en los que se han
visto envueltos los legionarios”. Narcís Serra, ministro de Defensa, respondió
que “coincidía en parte con sus preocupaciones”, pero que no sería disuelta,
sino que “sufrirá un proceso de modernización”, ABC 26-11-1987:
En cuanto a violentos incidentes causados por los legionarios en Fuerteventura, Ronda y Melilla, entre este año y 1996, son repasados en un artículo de Andreu García y Alfredo Disfeito, difundido en varios foros de internet desde 2006, Post #56:
http://www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=359043&page=2
¡Soy
el novio de la muerte!
Para relevantes miembros de la
Congregación de Mena: “Hemos creado una familia legionaria y cofrade unida y
fructífera” (A. Mendiola, hermano mayor), floreciendo “una historia de amor,
entre la Legión y el Cristo de la Buena Muerte” (Pedro L. Gómez, en su pregón
del 2003), hasta el punto que: “La belleza plástica escenificada en las calles
malagueñas cada Jueves Santo, el Cristo con sus legionarios y la Soledad de
Mena con la armada, hacen posible que el canto hecho plegaria, con el Novio de
la Muerte [y] la Salve Marinera (…) sean una seña de identidad de nuestra
Semana Mayor” (F. J. Souvirón, director del Boletín 2004: 5).
Veamos ahora la gestación del
canto que más ha colaborado para tal identificación.
35. Carátula del disco con la
canción por su primera intérprete.
Inicialmente fue un “cuplé”
para el teatro, popularizado por la bailarina, tiple cómica de zarzuela y luego
tonadillera Mercedes Fernández, conocida artísticamente por Lola
Montes. En julio de 1921 estaba en Madrid a punto de salir de gira por
Málaga, cuando se encontró por la calle a uno de sus letristas, Fidel Prado,
quien le entregó el cuplé que acababa de componer, con música de Juan Costa,
inspirado por la primera muerte en combate de un legionario, quien se dice
llevaba en el bolsillo unos versos que redactó al enterarse del fallecimiento
de su novia. La cantante la incluyó en su espectáculo de varietés. En el
teatro malagueño la escuchó la duquesa de la Victoria, directora de los
hospitales de la Cruz Roja en Marruecos. Y, tal como recordaría Lola en
el ABC del 6-10-1976:
“aprovechando que yo me
encontraba en Melilla durante el verano de 1921, en pleno asedio de la ciudad”,
por iniciativa de la duquesa la contrató una compañía teatral: “como fin de
fiesta. Y en mi programa figuraba esta canción, cuyo tema era exaltar la
valentía y heroicidad de la Legión. (…) Mi actuación fue un éxito
indescriptible. Cuando aparecí en el escenario vestida de enfermera, el
público, compuesto por relevantes figuras de la vida civil, jefes, oficiales y
tropa, me dedicó una entusiasta ovación [y] esta canción-himno me la hicieron
repetir tres veces”. El jefe del Tercio, Millán-Astray, reconoció la fuerza
emocional del cuplé, convirtiéndolo en canto legionario que se interpretaría al
ritmo de marcha. “Al Credo de Millán-Astray le faltaba algo, necesitaba el paso
a lo trascendente, el salto litúrgico hacia lo divino” (Cayetano
Utrera, Boletín 2004: 69).
En 1952, el director músico de
la banda del Tercio, Ángel García, lo adaptó al lento paso procesional en la
Semana Santa de Ceuta. Días después, se cantó en Málaga, teniendo tan buena
acogida que se repitió sin parar, siendo ahora “Una muestra de la continuación
de las tradiciones religiosas de los ejércitos de España, que renovada en nuestro
acto anual de culto público, permite a la Legión entroncar con el legado de sus
antecesores: los míticos soldados de nuestros Tercios. También hay una
catequesis pública (…) ¡Es una marcha militar que nos acerca a Dios!” (J. M.
Navarro, Boletín 2004: 80). Para divulgar la letra de esta canción,
un entusiasta la incluyó en un video publicitario del Ministerio de Defensa,
“El novio de la muerte”: http://www.youtube.com/watch?v=5zaVLWih8vg
Aquí es cantada en directo en 2010:
http://www.youtube.com/watch?v=mz9Ji0XUUEU
Finalmente, la participación
de los legionarios en procesiones de Semana Santa se ha extendido a otros
pueblos de la provincia, como Ronda, Antequera y Alhaurín el Grande. En este
último, se vinculan a la cofradía “de arriba” o “de los verdes”, con niños
vistiendo el uniforme legionario dentro de la iglesia.
En cuanto a su papel social,
para el antropólogo malagueño Antonio Mandly, “al nivel local se oponen dos
aspectos de la Legión: la defensora de los ricos y la de los pobres (que
permitía a los asociales o lumpen elevar con orgullo su estatus social al de
‘caballeros legionarios’); la depositaria del régimen franquista y la
populista, con numerosos jóvenes vecinos de los barrios populares-la Trinidad,
el Perchel- desesperadamente alistados en el reclamo que les ofertaba nada
menos que enderezar sus vidas. Su rol público sirve para una especie de administración
de lo popular o empoderamiento emocional, a cargo de sectores
conservadores” (entrevista del 21-1-2011).
36. La doble imagen de
legionarios y mascotas, en el desfile de la Victoria de Madrid (Brisset 1972).
3.
Constataciones
Respecto a las polémicas del
inicio, los partidarios de las ordenanzas absolutistas de Carlos III aducen
como argumento “la tradición”, cuando se trata de elementos que se han ido
integrando por motivos políticos que no tienen que ver con la esencia religiosa
de tales celebraciones. Tras investigar el tema, podemos constatar que:
1) La tropa militar interviene
en los festejos del Corpus para impedir que gente disfrazada de diablillos se
libre a la expansión erótica y la crítica social. Así, la diabladaque
durante siglos acompañaba la procesión del Corpus, a mediados del siglo XVIII
será reprimida y luego prohibida. Desaparecido el enemigo a combatir, la
presencia de la tropa perdió su sentido inicial.
2) La monarquía borbónica se
identificó con el estado, la religión y el ejército; regulando honores de
carácter militar a tributar tanto a autoridades como símbolos religiosos.
3) Ciertos aspectos
sensoriales de los rituales semilitúrgicos primaverales y callejeros (como su
vibrante música, coreografía militar, ondeantes banderas, lujuriosos aromas)
desencadenan emociones instintivas y se convierten en espectáculo que atrae
forasteros.
4) Consecuencia de lo
anterior, adquieren reclamo turístico. Ambas celebraciones fueron declaradas
Fiesta de Interés Turístico Internacional, la malagueña en 1965 y la toledana
en 1980. En el reciente FITUR 2011, Málaga presentó un paquete turístico
llamado viernes de cuaresma “para que el visitante sienta la Semana
de Pasión y viva en directo algunas de las tradiciones de estos desfiles desde
el seno de las hermandades” (Sur 22-1-2011).
5) Se aprecia una complacencia
en la jerarquía eclesiástica (23)hacia el
mantenimiento de una simbología y unos valores bélicos que no parecen reflejar
el “día del amor fraterno” (Jueves Santo) ni la sacramentalidad del “día del
Cuerpo de Cristo” (Corpus). En el caso de los legionarios, depositarios de la
ideología y la política represiva del caudillo Franco, ofician su peculiar
culto a la muerte. Y si Jesús de Nazaret lo hubiese deseado, se habría alistado
en la legión romana. Respecto a su actitud ante las armas, cuando Pedro apóstol
hirió a uno sus prendedores para evitarle la pasión, le ordenó: “Vuelve tu
espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán”
(Evangelio de Mateo 26,52).
37. La anacrónica vinculación
entre ejército y rituales religiosos: Jesús y el legionario, Viernes Santo
de Cuenca (Brisset 1973).
Notas
1. “La antropología, partiendo
de una visión comparativa que la llevaba a construir taxonomías de ‘los
sistemas políticos’, se ha ido orientando hacia formas de análisis que estudian
las prácticas y las gramáticas del poder poniendo de manifiesto sus expresiones
y sus puestas en escena. Este enfoque siempre ha hecho hincapié en la estrecha
imbricación entre el poder, el ritual y los símbolos. Los antropólogos, lejos
de pensar que hay un corte neto y casi preestablecido entre lo que es político
y lo que no lo es, pretenden entender mejor cómo se entretejen las relaciones
de poder, sus ramificaciones y las prácticas a las que dan lugar. La
investigación trae a la luz los lugares de lo político que no
corresponden necesariamente a nuestra percepción empírica, que tiende por su
parte a limitarse a las instancias formales de poder y a las instituciones”
(Abélès 1997: 1).
2.Siguiendo especialmente a
Leach, Turner, Grimes, Geertz, Foucault, Bourdieu, García y Velasco, en
“Investigar las fiestas”, Gazeta de Antropología núm. 25 (2009):
3. Se reúnen en los
veranos en encuentros o trobades de diables:
y han inspirado al grupo de teatro Els comediants en varios de sus
efectistas espectáculos pirotécnicos, emparentados con los correfocsdonde
los dracs o dragones escupen fuego:
http://fabelo-nochesdebohemiacorrefocs.blogspot.com/#top
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4.A recorrer su historia
dedico el cap.14 de mi libro La rebeldía festiva (2009). Es curioso
que en 2011 la Comunidad de Madrid declarase festivo el Jueves de Corpus,
mientras el arzobispado mantenía la fiesta litúrgica en el domingo siguiente.
5. En 1574, el Ayuntamiento de
Utrera pagó un San Miguel matando la Tarasca-dragón (Rodrigo Caro 1947: 45).
6. En
la consueta catedralicia de 1360 se menciona que esta fiesta había
sido instituida allí por Berenguer de Palaciolo, muerto en 1314. Según J. Sol y
Padrós, en nota a Leandro Fernández Moratín, Orígenes del teatro
español (1828), Madrid, BAE II, 1944: 152.
7. Constan en 1459 (Valencia)
y 1498 (Sevilla), según Very 1962: 89.
8. De Santa Cruz,
Melchor: Floresta de apoteghmas, Bruselas, 1598, citado por Noel
Salomon en “Sur les representations theatrales dans les ‘pueblos’ des provinces
de Madrid et Toléde (1589-1640)”, Bulletin Hispanique, LXII (1960):
410.
9. Fray Juan de la
Natividad: Coronada historia … imagen de la Virgen de Gracia en convento
Trinitarios, Granada, 1697, Lib. 2, cap. 9.
10. En mi ponencia a las I
Jornadas de Etnología Andaluza, celebradas en Sevilla en febrero de 1990 y
publicadas en el Anuario Etnológico de Andalucía 1991: 179-181.
11. Legajo 322-4445-98,
titulado Representación sobre los perjuicios que ocurren de los abusos
introducidos en la fiesta del Corpus.
12. El personaje del
diablícalo es mencionado en el Diccionariode Francisco del Rosal (1601),
cuando define a los çagarrones: “Son figuras ridículas de enmascarados que
acostumbran ir detrás de las fiestas, procesiones o mascaradas para detener y
espantar la canalla enfadosa de muchachos que en semejantes fiestas inquietan y
enfadan, y assí, para más horror de éstos, las visten en hábitos y figura de
diablo, por lo cual, en Zamora los çagarrones son llamados diablícalos”.
13. En la capilla mozárabe de
la catedral de Toledo hay un lienzo de Juan de Borgoña (1514) que muestra al
cardenal Cisneros desembarcando en la Orán conquistada mientras un grupo de
músicos le rinde honores:
http://www.fotolog.com/hispanarum/20702954
http://www.fotolog.com/hispanarum/20702954
14. Relaciones históricas
toledanas, mss coetáneo de Sebastian de Horozco, publicado en 1905.
15. Carta mss núm. 18400
Biblioteca Nacional de Madrid.
16.Según relación coetánea
recopilada por J. Alenda y Mira 1903: I, 506.
17. Expediente a la Cofradía
de Nuestra Señora de la Cabeza de Huéscar (Granada). Archivo de la Real
Chancillería de Granada: Cabina 321, Legajo 4395, Pieza 25.
18. Libro de la ordenanza
de los toques de pífanos y tambores que se tocan, Nuevamente en la Ynfantería
española, compuesto por don Manuel Espinoza, 1761. Mss en la BNM (Fernández
Latorre 2000: 205).
19. Boletín informativo
de la Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y
Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad, núm. 39 (extraordinario del 75
aniversario), 2004.
20. Atacando una procesión de
disciplinantes ensabanados culmina don Quijote su primera salida (I, 52).
21. Los siguientes datos sobre
la juventud militar de Francisco Franco están extraídos de su biografía
autorizada a cargo de Ricardo de La Cierva (1972: tomo I).
22. Roser
Calaf, Revolución del 34 en Asturias,Oviedo, Fundación Barreiro, 1984,
cita entre otros a Bernardo Díaz Nosty, La comuna asturiana, Madrid, Zero,
1974.
23. Ejemplo del máximo nivel
es la invitación al trono del Cristo de Mena al vía crucis que celebrará
Benedicto XVI en su visita a Madrid en agosto de 2011 (Sur 21-1-2011).
Inicialmente, la propuesta fue que “caballeros legionarios de España y de
Francia, junto a soldados de Estados Unidos y de la OTAN, desfilarán por la
Castellana portando el Cristo de Mena” (La Razón, 1-6-2010), y no sabemos
si querían que los legionarios cantasen su himno.
Bibliografía
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1997 “La antropología política: nuevos objetivos, nuevos objetos”, Revista Internacional de Ciencias Sociales (Unesco):
http://iidypca.homestead.com/FundamentosAntropologia/Abeles_-_La_antropolog_a_pol_tica.pdf
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1903 Relaciones de solemnidades y fiestas públicas de Espan a. Madrid.
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1962 The Spanish Corpus Christi Procession: a literary and folkloric study. Valencia.
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